Todos somos peatones pero andamos por la calle como si así no fuera. Desconocemos a menudo las normas de tránsito, e incluso ponemos en riesgo nuestra vida.
Hablar de educación vial es algo que necesitamos hacer más a menudo, aprender, entender y sobre todo ponerlo en práctica. Sin embargo, lejos de eso, las estadísticas muestran una realidad que conocemos, porque la vemos a diario, pero cuyos números desconocemos. LA GACETA publicó el martes que los peatones representan el 22 por ciento de las víctimas fatales por accidentes de tránsito. Se trata de siniestros viales que, bien señalan los expertos, podrían haberse prevenido.
La organización especializada en el tema Luchemos por la vida cuenta que los principales riesgos de los peatones son cruzar por la mitad de cuadra, hablando por celular, distraído, sin mirar. Su consecuencia, los atropellamientos. la tendencia ha derivado en advertencias escritas en la calle y en letreros en muchas ciudades del mundo, y hasta en una ordenanza de “Caminantes distraídos” en Honolulu que prohíbe usar el celular en la vía pública.
Como dice Pablo Rojas, director del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, “los peatones no se reconocen como tales y se consideran una excepción a las normas”.
Según el profesional, el peatón es el eslabón más vulnerable pero hay una cultura del tránsito que relega al transeúnte y prioriza a los vehículos. Pensemos en que las ciudades hoy, en nuestro país, están diseñadas para que las personas se trasladen de un lugar a otro, en el menor tiempo posible y si es posible sin caminar demasiado. Así, las calles y avenidas se ensanchan y quienes transitan a pie, quedan con pocos lugares por donde moverse y se ponen en riesgo.
San Miguel de Tucumán, en un intento por cambiar esa dinámica, inauguró hace poco las renovadas calles ensanchadas del casco histórico de la ciudad como parte de una experiencia que busca apartarse de esa dinámica antigua y priorizar al peatón.
No obstante, la inseguridad vial es una pandemia y precede al coronavirus. Pocos expresan que se inquieten por ello, pero los números son contundentes. “Cuando hay más de 10 personas fallecidas por cada 100.000 habitantes, como es el caso de Argentina antes del COVID, la OMS considera pandemia a cualquier patología que provoca esa cantidad de fallecimientos”, dice Rojas, el especialista de la Agencia Nacional de Seguridad Vial en una entrevista en LG Play.
El nuevo esquema del paradigma de seguridad vial apunta a reducir la inseguridad en las calles y la idea clave es devolver al peatón el tiempo de poder caminar y desplazarse de esa manera sin preocupaciones.
“La gente debe caminar más, eso impacta positivamente en la dinámica social. Aunque no nos demos cuenta, en el sistema del tránsito, todo está interconectado”, agrega Rojas, quien además menciona que las ciudades deben volverse más saludables. ¿Qué implica?. Con más peatones, hay menos autos que generen contaminación sonora, disminuye el sedentarismo y mejora la calidad de vida de la población, se reducen los accidentes viales y la ciudad crece en armonía como tejido social.
Por eso, los expertos coinciden en que como peatones debemos pensar en medidas de autoprotección, y empezar a cruzar por las esquinas o sendas peatonales, respetando los semáforos y los vehículos deben darles prioridad.