Recopilar datos y analizarlos es imprescindible para la toma de decisiones. Las estadísticas son una herramienta importante para comprender los fenómenos, investigarlos e interpretarlos. Las decisiones políticas hoy no pueden prescindir de los datos que ayudan a tomar decisiones.
Persiguiendo este objetivo, el Observatorio de las Mujeres y Violencias por Razones de Género de Tucumán, Omvrg, llevó adelante diferentes registros administrativos sobre la violencia. Una de las maneras de seguir los casos son las fichas de admisión que se cargan en el software Rucvm, una herramienta que tiene por objetivo unificar criterios para la carga de datos referidos a las consultas recibidas por violencia contra las mujeres en las distintas instituciones de la provincia y que fue desarrollado en 2017 por la Dirección de Estadística de la Provincia de Tucumán.
Días atrás presentaron los datos recabados durante los seis primeros meses de 2021, de enero a junio y que fueron en aumento sumando un total de 1.008 fichas de casos de violencia contra las mujeres cargados. “Del total de esos casos, el 21.5% de las mujeres alegó recibir violencia psicológica, un 20.2% violencia física, el 16.9% violencia económica, 16.7% violencia sexual, 13.1% restricción a la participación social y el 11.6% violencia simbólica”, indicó el informe, a la vez que explicó que en el ciclo de violencia se perpetúa la dependencia emocional con el agresor, se combina con la violencia la física y la sexual que marcan en su conjunto indicadores de riesgo de vida.
Con esos datos recabados, el Omvrg visibiliza la problemática de la violencia de género de Tucumán de manera cuantitativa y contundente. No hay cómo refutar esa información que debe alertar y servir para generar políticas públicas para erradicar la violencia contra las mujeres en la provincia.
En este contexto, el aislamiento agudizó la problemática y continúa teniendo consecuencias en las vidas de cientos de mujeres. Según el informe mencionado, las víctimas consultadas indicaron que los episodios de violencia psicológica y física se agravaron en intensidad y frecuencia durante la cuarentena. “El encierro, el hacinamiento, el miedo al contagio y la discontinuidad de redes de protección social afectaron el bienestar de las mujeres y aumentó el riesgo de vida”, resaltó el informe.
Uno de los caminos para paliar esta situación fue anunciado el 1 de agosto por la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, quien informó que Argentina recibirá un crédito de US$ 50 millones otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para financiar de forma directa políticas de género, de cuidado y contra las violencias. Aseguró que ese dinero apuntará a “fortalecer las capacidades de los gobiernos locales y trabajar en el territorio”, en una de las políticas que serán “enteramente” financiadas con los recursos provenientes de este préstamo, que buscará incluir un lugar para la primera infancia y fortalecer la independencia económica de mujeres y Lgbtiq+ en situación de violencia de género a través de un acompañamiento integral y de apoyo económico. El crédito se utilizará para construir 30 Centros Territoriales del Ministerio y para conformar el Sistema Integrado de Violencia de Género que reunirá toda la información de casos en los que interviene el Estado nacional, provincial y municipal, el cual además se articulará con el Sistema Único de Registro de Denuncias por Violencia de Género (URGE), dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación.
La intención es buscar una respuesta integral que beneficiará de forma directa a 258.000 mujeres y personas del colectivo Lgbtiq+ de las 24 jurisdicciones del país, y con un millón de beneficiarios indirectos. Esperemos que sea un camino hacia una vida sin violencia.