En la previa sobrevolaba una idea de una Selección a full, tirándole el camión encima a Venezuela, hiper estimulada por su reciente consagración en la Copa América. Pero no, lo de este equipo es otra cosa. Lo que se vio fue casi una extensión de aquella versión copera en Brasil. Dominio territorial, con pelota al pie hasta 3/4 del campo. Después, búsqueda de profundidad, una y otra vez, casi al límite de la exasperación por momentos. Un equipo generador de situaciones de gol, pero sin embestir, a su ritmo. Una formación que sigue casi al detalle la idea del DT Scaloni, que va desarmando al rival sin prisa ni pausa. Y aunque a veces dé esa sensación de que debería cerrar los partidos antes de que el rival se envalentone, igualmente encuentra los caminos. Disciplina y control. Paciencia y trabajo de orfebre. Lógico que el rival, descalabrado y sin rumbo, ayudó. Claro que el domingo ante Brasil no habrá tanto espacio ni tiempos para pensar. Pero hay un plan de juego. Y hay triunfos que lo avalan.
Triunfo de la Selección: tanta jerarquía inclina la balanzaTriunfo de la Selección: la idea que desarma rivales
EL EQUIPO. La formación titular que propuso Scaloni para jugar con Venezuela.