RELATOS

MINOTAUROS

EDUARDO POSSE CUEZZO 

(Vleer – Tucumán)

Los relatos breves de Minotauros, de Eduardo Posse Cuezzo (autor de Relaciones Imperfectas -Editorial Vleer 2019-), construyen un laberinto de la reescritura, cuyas paredes están conformadas de guiños filosóficos, históricos y literarios, en orden inaparente. Pareciera que allí reside la duda, agazapada en las entrelineas difusas de la realidad y la ficción, acechando amenazante la densidad de nuestras vidas-sueños

¿Somos acaso meras sombras en la caverna platónica, prestas a desintegrarnos con la llegada de la luz; o somos seres pensantes, materiales, en suma, tangibles? El espíritu renacentista del autor se expresa en la heterogeneidad de los relatos, con un ajustado uso de la primera persona del singular, y el abordaje de alusiones que van desde la novela policial hasta el teatro griego y que en filosofía visitan desde Aristóteles a Bauman, pasando por Descartes y la física cuántica. Y si el objetivo es ofrecernos, a través de estos relatos de fino humor, las claves para desentrañar nuestra cultura, el autor amplía las referencias, al no dejar fuera a autores como Kafka, Bukowski, Céline y Houellebecq, o a pintores como Delacroix y Monet, solo para mencionar algunos.

Sobrevolando cada una de estas piezas literarias, la figura tutelar de Jorge Luis Borges, y su inefable ludismo, nos enfrenta a uno de sus postulados favoritos: la literatura es, en el fondo, un ejercicio de reescritura, como lo insinúa el celebrado escritor en “Pierre Ménard, autor del Quijote”, y Eduardo Posse Cuezzo en “Carta a Borges”. Y es acá que el autor de Minotauros, en una vuelta de tuerca, multiplica enigmas disparadores de nuestro desconcierto. Es que, con sus juegos retóricos, al modo de Cortázar, también convidado en estos textos, pareciera sugerirnos que cada lector debe reescribir su propia obra.

Algunos relatos enigmáticos, captados por las muy buenas ilustraciones de Roberto Koch y Silvia Albuixech, como el viaje narcotizado hacia el fuego, en “Llegada al sol”, generan una intensa percepción cromática. La edición del libro es cuidada y el prólogo ha sido escrito por Máximo Hernán Mena, escritor y crítico literario. Por su parte, la contratapa estuvo a cargo de Fabián Soberón, escritor y cineasta.

Todos los laberintos ofrecen bifurcaciones, y le corresponde al lector resolver el enigma. O el misterio. O el crimen. ¡Cuidado con los minotauros!

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