Desde el descubrimiento de la variante Ómicron, que además tiene unas 50 mutaciones que no se habían visto antes en combinación, incluidas más de 30 mutaciones en la proteína pico, la comunidad científica discute sobre la eficiencia de las vacunas que hoy se suministran en todo el mundo contra el coronavirus. Es por eso que las farmacéuticas estudian actualizar sus fórmulas para inmunizar mejor a la población mundial.

Para el desarrollo de una vacuna de ARNm actualizada, como Moderna y Pfizer, es necesario contar con la secuencia genética de la proteína de pico de la nueva variante. Deborah Fuller, microbióloga de la Universidad de Washington que, desde hace más de veinte años estudia vacunas de ARNm, explicó por qué es posible que sea necesario actualizar las vacunas y cómo sería ese proceso.

Para la científica, citada por Infobae.com, si un virus cambió lo suficiente como para que los anticuerpos creados por la vacuna original ya no puedan reconocer y defenderse de la nueva variante mutada, es necesario buscar otra alternativa y actualizar las vacunas.

“Todas las vacunas de ARNm COVID-19 funcionan dando instrucciones que dirigen a las células a producir una versión inofensiva de la proteína de pico: induce al cuerpo humano a producir anticuerpos. Si una persona se expone alguna vez al coronavirus, estos anticuerpos se unen a la proteína del pico del coronavirus y, por lo tanto, interfieren con su capacidad para infectar las células de esa persona”, señaló Fuller.

Si bien todavía se desconoce cuántos datos clínicos se necesitarían para obtener la aprobación o autorización de la FDA para un antídoto actualizado, todos los componentes serían iguales en una nueva vacuna. La única diferencia serían unas pocas líneas de código genético que cambiarían ligeramente la forma de la proteína de pico. Desde una perspectiva de seguridad, una vacuna actualizada es esencialmente idéntica a las vacunas ya probadas. Debido a estas similitudes, es posible que las pruebas clínicas no necesiten ser tan extensas, como las que se necesitaron para las actuales vacunas de primera generación contra la covid-19.

“Al intercambiar el código genético de la proteína de pico original por el de esta nueva variante, una nueva vacuna induciría anticuerpos que se unen de manera más efectiva al virus Ómicron y evitan que infecte las células”, agregó la científica.

Además, aclaró que aquellas personas ya vacunadas o expuestas previamente al virus probablemente necesitarían una única dosis de refuerzo de una nueva vacuna para estar protegidas, no sólo de la nueva cepa sino también de otras cepas que puedan aparecer.

De qué manera y en cuánto tiempo se actualiza una vacuna

Según Fuller, para hacer una vacuna de ARNm actualizada, se necesitan dos ingredientes: la secuencia genética de la proteína de pico de una nueva variante de interés y una plantilla de ADN que se usaría para construir el ARNm.

“Sólo hacen falta tres días para generar la plantilla de ADN necesaria para hacer una nueva vacuna de ARNm. Luego, se necesitaría aproximadamente una semana para producir dosis suficientes de la vacuna de ARNm para probar en el laboratorio y otras seis semanas para realizar las pruebas preclínicas en células humanas en tubos de ensayo para asegurarse de que una nueva vacuna funcione como debería”, señaló Fuller.

En alrededor de 52 días, los científicos podrían tener una vacuna de ARNm actualizada lista para conectarse al proceso de fabricación y comenzar a producir dosis para un ensayo clínico en humanos. Mientras esto sucede, los fabricantes podrían comenzar a cambiar su proceso actual para la realización de una nueva vacuna.

Por su parte, Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, explicó frente al presidente de los Estados Unidos Unidos, Joe Biden, que, ante la necesidad de una nueva vacuna contra el coronavirus, su compañía podría preparar una fórmula actualizada en 100 días.