Novak Djokovic abrió la boca y sus declaraciones lo perjudicaron. El tenista, que ganó la primera batalla legal para permanecer en el país organizador del primer Grand Slam del año, convive con horas de conmoción luego de confesar que concurrió a eventos sabiendo que tenía coronavirus y reconocer errores en la documentación presentada para viajar.
Nole aceptó que su equipo realizó la declaración de viaje y explicó que hubo “un error humano y no deliberado” de su agente: “Mi agente sinceramente se disculpó por tipear la caja incorrecta en sobre mi viaje previo a Australia”. De este modo, Djokovic confesó dos de las grandes polémicas que se habían posicionado sobre su figura, teniendo en cuenta que el fin de semana había sido señalado porque se lo vio en diversos eventos –incluso en uno con varios niños– tras dar positivo, aunque él sólo aceptó que sabía de su contagio cuando realizó una entrevista con L’Equipe.
Tras detallar que viajó a España desde Belgrado durante los 14 días previos a llegar a Australia, ya reconoció una falla. Pero ahora las autoridades locales tienen bajo la lupa otro proceso: Djokovic aseguró que recibió el test positivo la noche del 17 de diciembre, pero en su declaración jurada ante la corte advirtió que fue “examinado y diagnosticado” el 16 de diciembre, según citó el diario australiano The Age.
Este ítem toma una relevancia sustancial en el caso y hasta el medio en cuestión indica que Asuntos Internos está investigando esta incongruencia: “La pena máxima por dar pruebas falsas en virtud de la Ley de Delitos es una pena de prisión de cinco años”, puntualizaron los periodistas Anthony Galloway, Paul Sakkal y Ben Grubb. A esto hay que sumarle que días atrás fuentes fronterizas australianas habían advertido en medios locales que podrían impedirle la entrada al país hasta por tres años: “A una persona cuya visa haya sido revocada se le puede prohibir por un período de tres años que se le emita incluso una visa temporal”.
No es el único tema que está bajo la órbita después que el cronista Ben Rothenberg –habitual colaborador del diario New York Times– planteara en sus redes sociales el llamativo cambio de resultados que muestra el testeo formal que presentó Djokovic ante las autoridades. El periodista escaneó el código QR en distintas ocasiones, pero el resultado que le apareció fue “positivo” y luego “negativo”.
En The Age advierten que la oficina encargada del tema está planteándose los interrogantes: “Está investigando nuevas preguntas sobre si el resultado positivo de Djokovic para COVID-19 fue manipulado después de que surgieron inconsistencias sobre el momento y el resultado de su prueba PCR”.
Los funcionarios de inmigraciones decidieron “ampliar” la investigación luego de que todas estas pruebas sean puestas sobre la luz con el foco posicionado en el incumplimiento de aislamiento en Serbia, las falencias al completar su formulario de entrada a Australia y las inconsistencias en torno a la fecha de los resultados de su testeo.
Independientemente de esta situación, el ministro de inmigración, Alex Hawke, tiene en sus manos el poder especial de cancelar la visa más allá de la sanción reciente de la justicia. El argumento que se plantea es que la infección previa de coronavirus en los últimos seis meses no es una justificación válida para no haber recibido la vacuna. Hawke cuenta también con la posibilidad de deportar al número 1 del ranking mundial alegando simplemente motivos de salud pública.
Sin embargo, Djokovic podría vivir algo similar a lo que transitó la tenista checa Renata Voracova, quien fue deportada del país incluso después de jugar un torneo. El próximo fin de semana se iniciará el primer Grand Slam de la temporada y Nole es el máximo favorito, pero podría sufrir un castigo de las autoridades australianas incluso en medio de ese certamen. Varios parlamentarios del gobierno federal quieren conocer la determinación cuanto antes, pero fuentes federales le afirmaron a The Age que Hawke está decidido a esperar el tiempo necesario para que se cumplan todas las pautas del proceso, “incluso si eso significaba que duraría días”. El detalle es que los abogados del serbio presentaron “extensos documentos adicionales” que deben ser analizados.