Era sabido que esa clase 2006 del CEF 18, famosa por acumular títulos locales de a puñados, tenía que ser fuente de talento a nivel nacional. Poco después de la convocatoria de Tomás Solbes (hijo de Ricardo Solbes) al preseleccionado argentino Sub 17, llegó la de Mauro Adrián Carrizo, también surgido de aquella virtuosa camada y actualmente compañero de habitación de aquel en la pensión de Defensa y Justicia.
Maestro Puch llegó a Ezeiza para entrenar con los juveniles de la Selección Sub-20Nacido el 12 de octubre de 2006 en Tafí Viejo, Mauro se sumó a las órdenes de los entrenadores Diego Placente y Pablo Aimar al igual que su amigo, el “Apache”, de gran presente en la séptima del “Halcón”, con 11 tantos en 10 fechas.
El perfil de Mauro lo muestra como un volante técnico, agresivo y con resistencia. En la goleada 5-2 sobre Argentinos Juniors, tuvo su primer encuentro con la red. “Por fin se me dio el gol. Venimos haciendo una gran campaña. Estamos invictos con siete victorias y tres empates, detrás de Lanús y Vélez”, detalló “Pato”, apelativo que lleva desde hace siete años, cuando “Cacho” Murillo, su entrenador, le dijo que en su primer viaje hablaba como el Pato Donald.
Así, ya son cinco los tucumanos convocados en seleccionados juveniles nacionales: junto a Carrizo y Solbes está Álvaro Montoro (Vélez) en el Sub 17, mientras que en el Sub 20 están Ignacio Maestro Puch (Atlético) y José Herrera Ares (otro de la cantera del CEF 18).
Soñando despierto
Recibir una convocatoria a un seleccionado nacional es una de las mayores alegrías que puede experimentar un futbolista, y Mauro puede dar fe de eso.
“Todo lo que estoy viviendo parece un sueño. Con Tomás decidimos ir a esa prueba en Defensa y Justicia en noviembre, en enero ya estábamos haciendo la pretemporada y unos meses después estamos los dos vistiendo ropa con el loguito de la AFA. Todavía no lo puedo creer”, comentó el taficeño, quien pudo conocer el predio que solo había visto en videos de su amigo Tomás. “Es un lugar mágico, donde se entrenan los mejores del país”, lo definió.
Lo curioso es cómo se enteró de su convocatoria: por una foto que le mostró un compañero. “No lo podía creer. Lo primero que hice fue contarle a mi papá, Walter, que es mi ídolo, mi mamá Elvira y mis hermanos Thiago y Lisandro. Todos en casa se emocionaron mucho”, relata.
En este breve tiempo que lleva como jugador de Defensa y Justicia, Mauro ha aprendido mucho. “El técnico, Sergio Bustos, nos pide que seamos intensos, ambiciosos e inteligentes a la hora de jugar. A (Diego) Placente todavía no lo conozco bien, pero lo que sí sé es que voy a aprovechar cada oportunidad de aprender y disfrutarlo al máximo”, asegura el joven volante, quien por supuesto no se olvida de quienes lo formaron antes, en el CEF 18, entre ellos Raúl Adler, Osvaldo Bernasconi y Alejandro Sir. Con ellos tuvo la oportunidad de viajar en 2018 a Europa, a una gira por los países escandinavos.
“Mi sueños son debutar algún día en Primera División y llegar a la Selección mayor”, anota Mauro. Por ahora va muy bien.