Prevenir y concientizar. En épocas donde la palabra resuena más que los hechos, ayudar a comprender peligros en la vía pública puede llegar a transformarse en un acto de amor al prójimo. Tucumán es una de las provincias que lidera las estadísticas en cuanto a accidentes. De hecho son la primera causa de muerte entre los menores de 35 años. A esto hay que sumarle la cantidad de heridos y dentro de ellos a quienes quedan con discapacidades permanentes. El municipio de la capital estima que seis de cada 10 motociclistas no respetan los semáforos. Sólo al Hospital Padilla ingresa un promedio de 200 accidentados por mes y el 87% son motociclistas, frente al 4% de automovilistas. El 8% de los internados llega en estado de gravedad o reservado. Por todo esto, fue una sorpresa hace pocos días ver a personal del Siprosa apostado sobre diversas rutas tucumanas con un sólo propósito: concientizar a los conductores, sobre todo de motos, acerca del peligro de no respetar las normas de tránsito. La presencia de los agentes no pasó desapercibida ya que además contaron con la colaboración de personal de tránsito de comunas y municipios, que justamente detenían el paso de vehículos y rodados para que los empleados del Siprosa pudieran llevar adelante la campaña.
Según la coordinadora Provincial de Emergencias, Dive Mohamed, con los agentes sanitarios organizaron la campaña en distintos puntos viales. “Hicimos concientización sobre el uso del casco, reducir la velocidad, el no consumo de bebidas alcohólicas al manejar, el correcto uso de las sillas infantiles para menores de 10 años, que se sienten atrás del auto. También respecto a los peatones, porque estamos concientizando sobre cruzar por la senda peatonal. Estas son las debilidades que tenemos como tucumanos”, aseguró la funcionaria. Los agentes entregaron volantes en los que advierten, por ejemplo, la diferencia entre siniestro y accidente, siendo que los primeros pueden prevenirse y son provocados por factores humanos, mientras que los segundos no se pueden controlar y ocurren de manera inesperada. “La mayoría de las colisiones de tránsito se consideran siniestros viales ya que por lo general son situaciones evitables. Hablar de siniestro significa abordar el factor de responsabilidad humana en el suceso”, recalcan. E hicieron hincapié en una costumbre que aparentemente llegó para quedarse en los últimos años: el uso del celular mientras se maneja. Está demostrado que cada vez que se baja la vista para leer algún mensaje, o mucho peor, para resolverlo, se avanza más de 30 metros a ciegas con el lógico peligro que esto conlleva. Lo mismo sucede al hablar por teléfono, lo que obliga a conducir con una sola mano.
Los especialistas califican como una pandemia los accidentes de tránsito en Tucumán. Eso porque las estadísticas no disminuyen y todas las campañas que se hicieron no dieron resultado. Una de las más importantes es acerca del uso del casco en el caso de los motociclistas, y que además respeten sobre todo los semáforos. Sin embargo ninguna de las dos cosas se cumple, lo que pone en peligro no sólo a los motociclistas, sino además a terceros. Entonces, atacar las causas con concientización parece una buena alternativa. Y más allá de hacerlos en las rutas, es en las escuelas donde también la presencia de los agentes del Siprosa explicando los riesgos que se corren al no respetar normas de tránsito para que sean los mismos chicos los que las transmitan debería ser más que necesaria. Campañas como las del Siprosa son bienvenidas. Ahora es turno de los conductores ponerlas en práctica.