Los dirigentes británicos y los miembros de la realeza de todo el mundo darán hoy el último adiós a la Reina Isabel II, en un funeral de Estado de incomparable pompa.
A las 6.30 finalizó el periodo oficial de velatorio tras cuatro días en los que cientos de miles de personas hicieron cola para pasar ante el féretro de la monarca más longeva de Reino Unido en el histórico Westminster Hall de Londres.
Los asistentes, como muchos en todo el mundo, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habían querido rendir homenaje a la mujer de 96 años, que ha pasado siete décadas en el trono británico
"Fueron afortunados de haberla tenido durante 70 años", sostuvo Biden. "Todos lo fuimos".
Poco antes de las 11 de la mañana, el féretro de roble, cubierto con la bandera del Estandarte Real y con la Corona Imperial de Estado en la parte superior, será colocado en un armón de artillería y remolcado por personal naval a la Abadía de Westminster para su funeral.
Entre los 2.000 asistentes habrá unos 500 dirigentes mundiales, desde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el emperador Naruhito de Japón al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y Mark Brown, primer ministro de las Islas Cook.
También asistirán los bisnietos de la reina, el príncipe Jorge, de 9 años, y la princesa Carlota, de 7, los dos hijos mayores del ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo.
"Durante los últimos 10 días, mi esposa y yo nos hemos sentido profundamente conmovidos por los numerosos mensajes de condolencia y permiso que hemos recibido de este país y de todo el mundo", dijo Carlos III, hijo de Isabel II y nuevo rey, en un comunicado.
"En un momento en que todos nos preparamos para dar nuestro último adiós, quería simplemente aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a todas esas innumerables personas que han sido un apoyo y un consuelo para mi familia y para mí en este momento de dolor".
Isabel murió el 8 de septiembre en su casa de verano escocesa, el castillo de Balmoral.
Su salud había empeorado y, durante meses, la monarca, que había participado en cientos de compromisos oficiales hasta bien entrados los 90 años, se había retirado de la vida pública, aunque sólo dos días antes de su muerte había nombrado a Liz Truss su decimoquinta y última primera ministra.