El tremendo incidente ocurrido esta semana en un boliche del sur capitalino, donde patovicas golpearon con un látigo a un asistente al lugar bailable, ha dejado grandes inquietudes en la comunidad. Si bien el supuesto agresor se entregó y ha quedado aprehendido durante un tiempo prudencial mientras la justicia investiga el caso, la posibilidad de que estas agresiones se repitan está latente, en vista del vacío legal y de controles que se registra en esta actividad, que concentra un gran número de jóvenes en la noche tucumana.
“Me iban a matar si no intervenía mi novia”, dijo la víctima ante las cámaras de LGPLay. El joven había sido expulsado del boliche, Isabel, de avenida Kirchner y Lincoln y recibió golpes de látigo por parte de una persona de seguridad. El video de la agresión se viralizó por la provincia y el país. Las lesiones no fueron graves, dijo el joven a LA GACETA, pero el nivel de violencia de esas imágenes impacta. En otro video, captado por una cámara de la entrada del boliche, se ve que al joven en el piso, rodeado por varios patovicas. En determinado momento se levanta y golpea a uno de los guardias, conducta que él explicó como parte del incidente. Tras la viralización del video, el local bailable emitió un comunicado donde aseguró que el personal de seguridad era tercerizado y que “se emitirán las denuncias correspondientes”. “No voy a justificar bajo ningún punto lo que pasó. Me parece un horror lo que hicieron. Son empleados de seguridad y deben tener templanza para no reaccionar a las provocaciones, y menos con tanta violencia. Debieron sacarlo y mantenerlo reducido hasta que llegara la Policía”, dijo una de las dueñas del boliche. No obstante, reconoció que, si bien esa fiesta había sido contratada por personas para una fiesta de Odontología, el jefe de Seguridad que trabajó ese miércoles es el mismo que trabaja habitualmente en la discoteca.
El Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia (Sutcapra) reclamó que se haga efectiva la adhesión plena en las provincias a la ley nacional que crea un registro de trabajadores habilitados para desempeñarse en la actividad a través de un comunicado. La organización sindical fue impulsora de la Ley Nacional de Espectáculos Públicos 26.370, sancionada por el Congreso Nacional en 2008 y reglamentada un año después por el Ejecutivo nacional. Entre otros puntos, la normativa establece la creación de un Registro Único de Controladores de Admisión y Permanencia y la profesionalización de los trabajadores.
A la fecha, sólo 11 provincias ratificaron su adhesión a la ley, aunque existen casos -como Tucumán- en los que, tras la aprobación la normativa no fue reglamentada, lo cual es una falta del Poder Ejecutivo. A esta falta hay que agregar las consideraciones de la Cámara de Boliches, que afirma que en los últimos años se han tomado medidas para capacitar a los guardias, crear un registro de empleados de seguridad y discutir el asunto, ya que, a su criterio, “no es posible eso de tercerizar la seguridad, al menos dentro de la Cámara”.