Al final de siglo XIX, nuestra provincia recibió una gran cantidad de lajas. Las mismas eran las que servían de contrapeso a los barcos que venían tanto de Europa y otras partes del mundo. Con buen criterio, estas fueron destinadas y usadas en el largo paseo y calles laterales del Cementerio del Oeste, patrimonio que todos conocemos. Hoy en día transitar por ellas es una verdadera odisea, por desniveles, roturas, faltantes y la poca adherencia de las mismas. Cabe resaltar la limpieza en general, veredas interiores llenas de hojas, basureros rotos o con residuos de varias semanas. Con el agregado de mausoleos totalmente abandonados y destruidos. Como relato tragicómico hace un tiempo el traslado de un féretro terminó en caída del mismo, por las condiciones del carro caducó y en mal estado usado de traslado. Pregunto: ¿Tan grande es el impacto económico o falta de personal idóneo para el arreglo, el cuidado y la conservación del mismo? Resulta interesante recordar al Sr. intendente y a las autoridades de dicho cementerio que en el mismo se encuentran los restos de personalidades relevantes de la historia y la cultura de Tucumán; por ello en marzo de 2010 la Secretaría de Cultura de la Nación legitimó el “valor histórico” de la necrópolis.
Juan Ricardo Zamoratte
Crisóstomo Álvarez 1.432
San Miguel de Tucumán