Brasil es tradicionalmente católico, pero desde la década de 1950 el protestantismo evangélico se ha extendido por todo el país, siendo particularmente popular entre personas negras, mujeres y pobres. Ahora, los evangélicos constituyen casi un tercio de la población.
Se los considera más comprometidos con sus comunidades y cada vez más influyentes en la política: el 20% de los legisladores en la cámara baja son cristianos evangélicos y forman un lobby poderoso, señala un informe de la BBC. Ambos candidatos -que son católicos- vienen cortejando fuertemente a los evangélicos. Pero para influir en estos votos, sus campañas han estado plagadas de desinformación.
Muchas iglesias evangélicas tienen pantallas gigantes que suelen mostrar pasajes de la Biblia. Ahora también se están utilizando para mostrar videos políticos falsos. En la iglesia del estado de Minas Gerais, sureste de Brasil, se reprodujo un clip de Lula supuestamente diciendo que el diablo “se estaba apoderando de él”. El video, que también fue difundido en las redes sociales, había sido manipulado.
Las palabras que había dicho se editaron y se sacaron de contexto para cambiar su significado original. Otros mensajes falsos afirmaban que un gobierno de izquierda permitiría los abortos (la ley brasileña actualmente es muy restrictiva), crearía baños unisex para niños y dejaría que la homosexualidad “se apoderara del país”.