Gonzalo Cano
Preparador físico de San Martín
Estamos frente a un campeonato Mundial en donde prevalece un factor que cada vez toma más protagonismo en competencias de este nivel: la alta intensidad.
Eso no sólo es entendida desde la perspectiva de la condición física sino también desde lo táctico. En cada partido del torneo, se hizo evidente una gran capacidad de todos los jugadores para soportar y repartir gran cantidad de esfuerzos de estas características; lo que repercute directamente en el juego y además es clave considerarlo para la recuperación post partido.
La acumulación de juegos en tan poco tiempo, se hará sentir en cada jugador. La forma en la que toleran esta carga es individual, por lo que es necesario establecer un control exhaustivo sobre ello.
En estas instancias, el estrés que genera el factor emocional de jugar partidos decisivos, es algo para tener en cuenta. Por lo cual, se busca disminuir los niveles de ansiedad con distintas estrategias que plantea el cuerpo técnico junto a los psicólogos especializados.
Considerando la situación de nuestra Selección, clasificando a octavos en el primer puesto de su grupo, tendría tan solo 72 horas de descanso. Por lo que, para ese caso, se optimizan todos los detalles que aceleren el proceso de recuperación y que permitan llegar en las mejores condiciones al siguiente partido.
Una carga óptima de entrenamiento orientado a la recuperación, el buen control de los niveles de fatiga, de alimentación, de descanso nocturno y los protocolos específicos del cuerpo médico, son fundamentales en el corto plazo para disminuir el riesgo de lesionarse e intentar mantener el nivel lo mas alto posible.