La inteligencia artificial (IA) sigue deslumbrando a los humanos con sus grandes capacidades. En esa ocasión, el senador Marco Lombardo utilizó ChatGPT para hacer un discurso y sorprendió al revelar que “no es producto humano”.
Por otro lado, la geografía de la noticia es llamativa, ya que Italia fue uno de los países que prohibió temporalmente el uso de ChatGPT debido a que violaba las leyes de protección de datos de dicho país.
El discurso de ChatGPT del senador italiano Marco Lombardo
El senador utilizó el software de OpenAI para generar un discurso sobre un proyecto de ley relativo a un acuerdo entre Italia y Suiza que gira en torno a los trabajadores fronterizos.
Según informó el medio La Stampa, sólo cuando culminó la lectura Lombardo contó a los asistentes el método automatizado que empleó para la redacción del texto.
Para hacer el documento, GPT-4 se basó en el proyecto de ley, permitiéndole incluir cifras y nociones acertadas. Incluso, el senador aseguró que no hizo ediciones posteriores ya que los resultados fueron absolutamente satisfactorios.
Por otro lado, enfatizó que su propósito es evidenciar la importancia de considerar el exponencial crecimiento de los sistemas de IA. “Llevo tiempo lidiando con cómo los algoritmos están transformando el mundo del trabajo. Y por tanto también las implicaciones éticas, económicas y sociales. Me parecía importante que el Parlamento italiano también abriera los ojos a un fenómeno que ahora es inevitable”, dijo.
Italia prohibió el uso de ChatGPT por no respetar la protección de datos
Italia dispuso el bloqueo “con efecto inmediato” de ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial de OpenAI, acusando de no respetar la ley de protección de datos de los consumidores.
El organismo gubernamental para la Protección de Datos Personales aseguró que se abrió una investigación y que el bloqueo se mantendrá hasta que ChatGPT “empiece a respetar la disciplina de la privacidad”.
Además, informaron que este chat sufrió el pasado 20 de marzo una pérdida de datos sobre sus usuarios y los datos de pago de sus abonados.
En su disposición, el garante italiano destaca “la falta de información a usuarios y a todos los interesados de quienes recoge datos OpenAI” pero “sobre todo la ausencia de una base jurídica que justifique la recogida y conservación masiva de datos personales”. Y alega que las informaciones generadas por la inteligencia artificial “no siempre corresponden” a la realidad.
Por último, Italia lamenta “la ausencia de todo tipo de filtro” en la verificación de la edad de sus usuarios, haciendo que los niños estén “expuestos a respuestas absolutamente no idóneas respecto a su nivel de desarrollo y conciencia”.