BRUSELAS, Bélgica.- Los vínculos entre la poderosa Unión Europea y la región de América Latina y el Caribe no siempre fueron cercanos o fáciles. Ahora, el responsable de Asuntos Exteriores del bloque europeo dice que está dispuesto a fortalecer y cultivar esa relación, ante el “nuevo contexto geopolítico”, que exige dar “un salto cualitativo hacia adelante”.
“La UE necesita un compromiso renovado con América Latina y el Caribe a todos los niveles: entre las dos regiones, con países individuales, con subregiones y en foros multilaterales”, escribió Joseph Borrell, en la web oficial de la Unión Europea.
Para ello, estableció, junto con la Comisión Europea, una nueva agenda para fortalecer las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe, que presentará en la cumbre UE-CELAC que se realizará este mes en Bruselas.
Borrell sostiene en el artículo que, desde que fue nombrado como canciller de la UE, en 2019, hizo parte de su misión fortalecer esa “otra relación transatlántica, la que tenemos con América Latina y el Caribe”, la principal sería con Estados Unidos, claro.
“Esta región ha sido tradicionalmente una prioridad de política exterior para algunos de nuestros Estados miembros, como España y Portugal, que tienen fuertes lazos históricos, pero estoy decidido a que se convierta en una prioridad estratégica para la Unión en su conjunto”, señaló en el artículo, en el que destacó la “densa red de acuerdos” con 27 de los 33 países de la región.
El canciller europeo también apuntó a los lazos económicos como la inversión extranjera directa europea (IED) en la región de Latinoamérica y el Caribe, que es mayor que la IED en India, China y Japón combinadas.
Además, rescató el intercambio poblacional entre las dos regiones. “Millones de personas de la región de Latinoamérica y el Caribe viven en la UE y viceversa y nuestras dos regiones también están estrechamente alineadas en términos de intereses y valores”, apuntó.
El funcionario europeo no ocultó la alarma que causa la llegada de intereses chinos a tierras latinoamericanas y la urgencia de restablecer urgentemente los lazos que Europa había dejado olvidados.
“No podemos confiar solo en nuestros lazos tradicionales con la región de América Latina y rel Caribe”, dice, luego de indicar que, en los últimos años, “otros actores, especialmente China, han sido muy activos en el fortalecimiento de su huella económica y política en la región”.
“Esto ya era cierto antes de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, pero es aún más cierto hoy en día cuando la calidad de nuestras relaciones bilaterales con el llamado ‘Sur Global’ se ha vuelto tan crucial para nuestro futuro y el futuro del orden mundial basado en reglas”, se preocupa.
La diversificación de las “cadenas de valor” y la reducción de las “dependencias excesivas” también son argumentos que esgrime Borrell para ilustrar lo necesario de impulsar una relación más estrecha entre las regiones.
Después también se acuerda de la cuestión ambiental y desliza la importancia de la región para la producción de energía y extracción de recursos naturales para la industria: “América Latina y el Caribe son fundamentales en la lucha contra el cambio climático y representan una potencia mundial en términos de biodiversidad, energías renovables y materias primas estratégicas para la transición ecológica. Sin embargo, la región no quiere volver al pasado. Quiere aprovechar estas transiciones para industrializar y agregar valor a sus exportaciones”.
Esta Nueva Agenda de Relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe, presentada ante la Comisión Europea, busca “abrir una nueva era de cooperación en el cambiante contexto global actual”, con cumbres periódicas y un mecanismo de coordinación permanente entre la UE y la CELAC para garantizar la continuidad y el seguimiento.
“Proponemos pasar de ser ‘socios naturales’ a ser ‘socios de elección’, con la voluntad de trabajar juntos para hacer frente a los desafíos mundiales y fortalecer el orden basado en normas, con el objetivo final de promover la paz, la seguridad y la democracia”, finalizó.