Todo comenzó en 2020, el año de la pandemia. Alberto Mansilla, director de la estación astronómica de Ampimpa, trazó unas líneas sobre un papel y comenzó a bocetar un sueño: la creación del segundo observatorio de la institución. Ayer, bajo el intenso cielo celeste recortado por montañas, el proyecto se concretó. En un emotivo acto quedó inaugurado el dispositivo: una cúpula móvil, brillante bajo el sol, se abrió descubriendo al nuevo y potente telescopio a cielo abierto.
“Creo que en la Argentina cuesta mucho concretar proyectos y pasar del plano a la realidad”, dice Mansilla. “Pero con la premisa de ‘argentinos ¡a las cosas!’ seguimos adelante venciendo obstáculos. Y bueno, ahora podemos ver que las cosas están”, agrega luego de citar al filósofo José Ortega y Gasset y sin dejar de mirar al flamante instrumento reluciente entre los cerros.
El Observatorio nació en 1985, con motivo de la llegada del cometa Halley. En un tiempo récord se armó la estación astronómica que permitió realizar la campaña de seguimiento e incluso sacar algunas de las más importantes fotos del astro desde la Argentina.
Su antigua cúpula alberga un telescopio para observación planetaria; a 37 años, se suma una nueva herramienta para potenciar la experiencia de exploración de cielos tucumanos, triplicando la potencia de la estación.
“Los instrumentos astronómicos tienen un alto nivel de especificidad -explica-. Nuestro primer telescopio, básicamente planetario, se complementa con el que acabamos de inaugurar, que penetra en la profundidad del universo y nos va a permitir ver objetos mucho más débiles. No reemplaza al anterior sino que tiene funciones distintas”.
La experiencia permite mirar directamente al universo aportando una mayor percepción 3D, una forma única de alcanzar anillos de Saturno, satélites de Júpiter y nebulosas, entre otros objetos celestes.
El nuevo observatorio lleva el nombre de Carlos Neiman, un astrónomo aficionado amigo de la institución que falleció en 2021. Hijos y parientes descubrieron la placa homenaje en un momento conmovedor donde recordaron la pasión de Neiman por observar constelaciones, entender la rotación de la tierra, explorar el universo. “El me enseñó a mirar a los cielos”, cuenta su sobrino Federico Neiman. Muy joven y contagiado por su tío, vivió en los valles y trabajó durante cinco años en el observatorio de Ampimpa.
Hoy, Federico es un astrónomo profesional que trabajó en prestigiosas instituciones de todo el mundo, incluso en la NASA. Actualmente vive en Israel, donde dirige el Observatorio Kiryat Shmona Observatory Center, que se encuentra en el extremo norte de ese país. Agradecido por el impulso inicial recibido de su tío y del director de la Estación Ampimpa, el astrónomo cruzó el planeta para estar presente en la ceremonia de inauguración donde, además, ambas instituciones firmaron un convenio.
“Los cielos del hemisferio norte son distintos a los del sur -explica Neiman-. Este acuerdo permitirá a los estudiantes argentinos observar los cielos del norte y a los estudiantes israelíes, observar cielos tucumanos. Todo esto gracias a la tecnología del nuevo telescopio que cuenta con una potente cámara para transmitir vía internet”.
La mecánica del telescopio fue íntegramente desarrollada en Tucumán y la inversión convierte al Complejo Astronómico de Ampimpa en uno de los centros de difusión y educación científica y astro turismo más importantes del país, según Mansilla.
Elena Colombres Garmendia, vicepresidenta del Ente de Turismo y presente en el acto, elogió al equipo: “Mansilla logró convertir su amor por las astronomía en una experiencia turística, no se quedó sólo con la idea sino que asumió el rol de protagonista transformándola en realidad. Hay que destacar cuando los tucumanos hacen algo por Tucumán y eso es lo que sucede con el avance científico que significa esta apuesta”.
A partir de ahora los técnicos avanzarán en las pruebas, calibrado y puesta a punto del instrumento. El instrumento estaría listo en tres meses. La nueva cúpula se encuentra en una “zona oscura”, libre de contaminación lumínica y en el centro de una plaza seca. Además se rediseñó la caminería de todo el lugar y se instalaron paneles solares con el objetivo de alcanzar una matriz energética que reduzca al mínimo la huella de carbono, bajo las premisas de accesibilidad y sustentabilidad.