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¡Se acabó la era de la impunidad en El Mollar! Por años, un pequeño grupo se creyó dueño del paraíso tucumano, destruyendo tierras y frenando el progreso con prácticas mafiosas. Mientras tanto, la mayoría honesta de la comunidad miraba impotente cómo se empobrecía la región. Pero la justicia, aunque tarda, llega. Es momento de que los responsables enfrenten las consecuencias y que Tucumán vuelva a brillar como destino turístico seguro y próspero. Con orden y legalidad, la inversión regresará, y ese rincón soñado por fin podrá desarrollarse como merece. ¡Esperemos que este sea solo el comienzo!
¡Por fin la justicia empieza a actuar en Tucumán! Durante más de una década, la Comunidad Indígena El Mollar, bajo el mando de Margarita, devastó impunemente la tierra que decían venerar. Amparados por oscuros pactos políticos, se apropiaron de terrenos como si fueran sus dueños absolutos, lucrando con negocios inmobiliarios ilegales a costa de la provincia y su gente. La impunidad ha reinado demasiado tiempo, pero ahora llegó el momento de pagar las consecuencias. ¡Basta de feudos disfrazados de tradición! Que este sea el primer paso para recuperar la seguridad jurídica y permitir que proyectos como el hotelero Textil puedan concretarse.
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¡Se acabó la era de la impunidad en El Mollar! Por años, un pequeño grupo se creyó dueño del paraíso tucumano, destruyendo tierras y frenando el progreso con prácticas mafiosas. Mientras tanto, la mayoría honesta de la comunidad miraba impotente cómo se empobrecía la región. Pero la justicia, aunque tarda, llega. Es momento de que los responsables enfrenten las consecuencias y que Tucumán vuelva a brillar como destino turístico seguro y próspero. Con orden y legalidad, la inversión regresará, y ese rincón soñado por fin podrá desarrollarse como merece. ¡Esperemos que este sea solo el comienzo!
¡Por fin la justicia empieza a actuar en Tucumán! Durante más de una década, la Comunidad Indígena El Mollar, bajo el mando de Margarita, devastó impunemente la tierra que decían venerar. Amparados por oscuros pactos políticos, se apropiaron de terrenos como si fueran sus dueños absolutos, lucrando con negocios inmobiliarios ilegales a costa de la provincia y su gente. La impunidad ha reinado demasiado tiempo, pero ahora llegó el momento de pagar las consecuencias. ¡Basta de feudos disfrazados de tradición! Que este sea el primer paso para recuperar la seguridad jurídica y permitir que proyectos como el hotelero Textil puedan concretarse.