Taty Dorfmuller
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El amiguismo político socava las instituciones y profundiza las desigualdades entre los municipios, mientras la opacidad en el uso de los recursos públicos deteriora los servicios. Como tucumanos, debemos preguntarnos: ¿qué provincia queremos construir para las próximas generaciones? Lo que denunciamos es innegable, ¿por qué no respaldan un modelo como el de Tafí Viejo, donde ya se gestó una ciudad sustentable y ordenada, mientras otras administraciones resultan indignantes? ¿Qué ocurrió con la investigación en Banda del Río Salí?
El favoritismo político erosiona la confianza en las instituciones y genera una preocupante disparidad en el manejo de fondos. Municipios como Banda del Río Salí acceden a ciertos beneficios mientras otros quedan relegados, alimentando el resentimiento y la división. La falta de transparencia en la transferencia de recursos degrada los servicios y limita la capacidad de respuesta de los municipios. Como ciudadanos, debemos exigir equidad y claridad en el uso de los fondos públicos. ¿Qué pasó con los cheques y la investigación en Banda del Río Salí?
La disidencia no es un insulto, es una necesidad histórica. Ser disidente es el acto más digno en tiempos de injusticia. Es la valentía de decir basta cuando el poder avanza con violencia, el Estado excluye y la política se vacía de sentido. Hoy, la verdadera disidencia enfrenta a Bullrich, Milei y su plan de destrucción. Exige participación real, transparencia y eficacia con innovación, no con ajuste y represión. Javier Noguera no está solo: detrás hay un gran movimiento, la 27 de Octubre, con la memoria de Néstor tatuada en el corazón. No seremos políticamente correctos cuando eso signifique callar ante la injusticia. Defendemos la justicia social, a jubilados, trabajadores, periodistas y a quienes sufren el avance de la ultraderecha asesina. La disidencia es resistencia y construcción. No nos rendiremos. Nos vemos el lunes defendiendo los DDHH y el miércoles con los Jubilados. ¡Argentina se levanta! ¡La Fe mueve montañas! Los Dinosaurios van a desaparecer.
La disidencia no es un insulto, es una necesidad histórica. Ser disidente es el acto más digno en tiempos de injusticia. Es la valentía de decir basta cuando el poder avanza con violencia, el Estado excluye y la política se vacía de sentido. Hoy, la verdadera disidencia enfrenta a Bullrich, Milei y su plan de destrucción. Exige participación real, transparencia y eficacia con innovación, no con ajuste y represión. Javier Noguera no está solo: detrás hay un gran movimiento, la 27 de Octubre, con la memoria de Néstor tatuada en el corazón. No seremos políticamente correctos cuando eso signifique callar ante la injusticia. Defendemos la justicia social, a jubilados, trabajadores, periodistas y a quienes sufren el avance de la ultraderecha asesina. La disidencia es resistencia y construcción. No nos rendiremos. Nos vemos el lunes defendiendo los DDHH y el miércoles con Jubilados. ¡Argentina se levanta! ¡La Fe mueve montañas! Los Dinosaurios van a desaparecer.