El crimen de Facundo Ferreyra: “Les pido que pongan un límite a las fuerzas de seguridad”

En los alegatos de clausura, la parte acusadora pidió perpetua mientras que la defensa solicitó la absolución de los oficiales. El viernes será la sentencia.

RECTA FINAL. Las partes alegaron durante más de siete horas frente a los imputados y la familia de los involucrados. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ÁRAOZ RECTA FINAL. Las partes alegaron durante más de siete horas frente a los imputados y la familia de los involucrados. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ÁRAOZ
15 Agosto 2023

El segundo juicio por el crimen de Facundo Ferreira (12 años), llega a su fin. Luego de una extensa jornada de alegatos, el tribunal conformado por los jueces Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Patricio Prado tendrán tiempo hasta el jueves para deliberar cuál será la nueva sentencia de los oficiales Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca, acusados de haber asesinado a Facundo de un disparo en la cabeza la madrugada del 8 de marzo de 2018. La fiscalía y la querella solicitaron prisión perpetua para ambos por el crimen de homicidio agravado por el ejercicio abusivo de la función de miembros de la fuerza de seguridad en calidad de coautores. Las defensas pidieron la absolución.

Acusadores

La encargada de inaugurar los alegatos de clausura fue la fiscala Estela Giffoniello. El punto principal de su exposición fue argumentar que no se logró demostrar el motivo de la persecución y que los primeros en disparar fueron los acusados. Para ello, extendió ante las partes un plano donde estaban graficados los disparos que se efectuaron esa noche. “Los imputados dijeron que dispararon porque los atacaron cuando doblaron por Benjamín Aráoz, pero ¿dónde están esos disparos que dicen haber recibido? por la Benjamín Aráoz no quedó ninguna vaina servida”, dijo. Y agregó: “Los primeros disparos fueron de la policía, porque las vainas servidas del arma de calibre 22, que no se pudo probar que era de Facundo y J.A., se encontraron aproximadamente a 100 metros después de las múltiples vainas que dejaron las armas reglamentarias sobre la avenida Avellaneda. ¿Quién se defendió de quién? Los niños, si es que ellos llevaban el arma”.

Además se refirió al origen de la persecución. “A lo largo del debate la defensa no logró demostrar el motivo de la persecución. Dijeron que un hombre les advirtió que llevaban un arma escondida entre sus ropas, pero no apareció jamás, ni siquiera sale en los videos de las cámaras de seguridad”, indicó. Finalmente solicitó que los imputados reciban la pena de prisión perpetua

El abogado querellante Carlos Garmendia inició sus alegatos adhiriendo al pedido de la fiscalía, pero mostrando una distancia con su teoría del caso. La postura de esta querella es que los niños que venían en la moto no realizaron disparos”, sostuvo, e inmediatamente acusó al comisario Diego Darío Lezcano, el jefe de los imputados, de haber colocado la pistola de calibre 22 en la escena del crimen. “Cuando los testigos fueron llegando a la escena, antes que él, ninguno vio el arma, porque no estaba. Ningún policía la vio hasta que llegó Lezcano; a partir de ahí todo el mundo empezó a ver el arma y ya estaba marcada. Lezcano comenzó a trabajar en la escena del crimen cuando no era su jurisdicción; tomó la decisión de ocuparse para poder acomodarle la escena a sus subordinados”, acusó el abogado. Finalmente solicitó la pena de perpetua y dijo: “estamos ante un caso de gatillo fácil, de violencia institucional, les pido que le pongan un límite a las fuerzas de seguridad en sus exabruptos en el uso de la fuerza”.

Defensa

Los representantes de Díaz Cáceres, Aurora Díaz Argañaraz y Julio Roque Silva, afirmaron que su pupilo disparó en legítima defensa. “Ellos se manifestaron como policías. Cuando comenzaron a recibir disparos Díaz Cáceres estaba con miedo, cumplió con su deber de prevención: defenderse a él, a su compañero y a la sociedad; actuó en legítima defensa”, manifestaron.

Macario Santamarina y Sergio Pérez, abogados de González Montes de Oca, afirmaron que sí hubo un enfrentamiento y que Facundo sí disparó el arma. “Estamos frente a un homicidio justificado, no porque Facundo se lo merezca, es una categoría que legalmente acepta una conducta que en otras circunstancias sería ilícita”, explicó. Además, dijo que el barrido electrónico que le practicaron a Facundo para ver si tenía restos de pólvora en su mano arrojaron un resultado erróneo porque la muestra estuvo mal realizada. Finalmente argumentaron que su defendido no podría haber efectuado disparos porque iba manejando la moto y es difícil realizar ambas cosas a la vez.

Ambas defensas solicitaron la absolución de sus pupilos. Las partes y los imputados deberán esperar hasta el viernes para conocer el veredicto final. (Producción Periodística: Micaela Pinna Otero)

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