Cartas de lectores: tronó el escarmiento

18 Agosto 2023

Hartazgo es la palabra que sobrevoló toda la jornada del domingo pasado y el soberano hizo tronar el escarmiento. Las dos fuerzas mayoritarias que quedaron en el podio y gobernaron los últimos 20 años fueron vencidas por un candidato de ideas liberales, “outsider” de la política, que expresó el castigo y la bronca de dos décadas de desaciertos. Quizás el mismo fue desproporcionado, considerando que una gobernó 16 años y la otra solamente cuatro. Pero el repudio fue similar para ambas. Esa sería una primera lectura. La segunda es que, de confirmarse, el Partido Justicialista estaría cerrando un extenso ciclo, exactamente esos 20 años, con el gobierno y el balance más desastroso de la historia política argentina, luego de protagonizar su peor elección. Y lo más sustancioso de este hecho es que también perdió la batalla ideológica que sostuvo contra viento y marea en todas las elecciones del presente siglo: la del Estado presente a través de su proyecto político, “nacional y popular”. Y la perdió justamente a manos del archienemigo: “la derecha”. La misma que votaron seis de cada 10 argentinos, representadas en las otras dos fuerzas. Todavía falta, lamentablemente para todos los argentinos, un largo trecho para definir este desenlace, quizás dos elecciones más. Y decimos lamentablemente, por el aterrador contexto económico que este gobierno nunca pudo resolver y que deja como herencia al próximo mandatario (o mandataria). Y que aún puede ser peor, si nadie hace nada para solucionarlo. Asombrosamente, las dos investiduras más altas del país, presidente y vice, están “desaparecidos en acción” (algo nunca visto en la historia del país) y el encargado de la cuestión, en su doble papel de ministro y candidato se ve superado por una abrumadora realidad. Se cae estrepitosamente, también, el mito de que el Justicialismo es el único que garantiza gobernabilidad en la Argentina. Es increíble la absoluta falta de responsabilidad de esta dirigencia para hacerse cargo de los deberes que la ciudadanía puso en sus manos en 2019. Y nos recuerda, valga la comparación de situaciones, al papel del capitán del Titanic, que en medio de la tragedia que nos mostraba la película, se desentiende de todo…y se retira a esperar el final. Quizás este sea el doloroso precio que debemos pagar por pensar que, votando una y otra vez propuestas populistas, estábamos en el camino correcto. Los resultados están a la vista para que todos saquemos nuestras propias conclusiones... porque todavía falta octubre.

Ricardo A. Rearte 

Pasaje Díaz Vélez 66 

Monteros

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