“Ellas compositoras”, un encuentro con canto femenino

En un ambiente intimista, cuatro mujeres protagonizarán “Ellas compositoras” en la sala Juan Tríbulo del teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy), desde las 21, en un encuentro que reunirá a las tucumanas Nancy Pedro, Agustina Ascárate y Silvina de Faveri con la porteña Ceci Méndez como invitada especial. Será la primera edición de un ciclo en coproducción con el teatro Alberdi para escuchar, conocer y fortalecer las canciones nuevas, de autora y de raíz, ya que la producción literaria, musical y artística en la provincia crece exponencialmente.

“Tucumán es un epicentro cultural y ha sido cuna, inspiración, contención, reflejo e impulso de canciones que siguen siendo alivio y exquisitez en el cancionero popular argentino y latinoamericano”, se remarca en la propuesta de las tucumanas.

“Me encanta poder compartir escenario con mujeres tan lindas y necesarias. Siento que tenemos en común un camino de búsqueda en la composición y en el canto. Y además, compartimos el hecho de ser mujeres músicas, siguiendo a las que abrieron camino como María Elena Walsh, Chabuca Granda o Violeta Parra, aunando fuerzas entre nosotras. Y tenemos el gusto de que se sumen los músicos de La Búsqueda de Jacinta y el guitarrista y compositor Esteban Saccone, con quien viajo desde Buenos Aires con el apoyo de Impulsar MICA del Ministerio de Cultura de la Nación. Nuestra propuesta tiene un significado profundo, nos emociona y nos interpela”, le dice la artista visitante a LA GACETA.

Este será el primer recital conjunto entre Méndez y las locales. “Había escuchado hablar de ellas pero no las conocía personalmente y estoy feliz del intercambio que se está dando, incluso mientras organizamos todo a la distancia. Están recibiéndome con cariño y entusiasmo y eso me hace muy bien, es un mimo. Me encanta sentir que no estamos tan lejos y somos todas mujeres argentinas unidas por nuestra música. Nos une el amor por la música de raíz y la búsqueda por decir las cosas a nuestro modo. Trabajamos por otro tipo de música, esa que no se vende tanto pero que puede llegar a los corazones que se acerquen. Hay demasiada música mainstream, que funciona como ‘comida rápida’, con fecha de vencimiento planificada, que se va a difundir hasta el hartazgo por todos lados, y con letras y melodías que no siempre invitan a pensar o a cuestionarnos los mensajes que ahí se dan”, aclara.

Competitividad

El universo de los cantautores se presenta más unido que otras ramas de la música, aunque la cantante no tiene un por qué claro: “quizás sea porque somos luchadores. Se requiere mucha paciencia, cariño y perseverancia en este camino y sabemos que unirnos es una linda manera de contenernos, de no caer en la competitividad que proponen estos tiempos, de no atender a las redes sociales que muestran las facetas más exitosas de todos y que no suelen hablar de los lados B de la vida”.

Méndez comenzó cantando en portugués y dentro del jazz, pero está volcada a la música de raíz folclórica, que estuvo presente familiarmente. “Cuando empecé a hacer canciones, me reencontré con ese folclore y me cerró más cantar mayormente en mi idioma y reivindicando el riquísimo mundo de la música popular de ña Argentina y Latinoamérica, llevando también el tango cuando estoy en el exterior. ‘Sin tiempo ni distancia’ es mi nuevo single, un adelanto de mi cuarto disco, y me animé a jugar un poco más con otros elementos y sonidos que habían estado muy poco presentes en mi música. Mi productor Pablo Pupillo me propuso la sonoridad diferente que buscaba, que me interesa y me desafía, conservando la esencia de lo que vengo haciendo desde mi primer disco”, describe.

Sus producciones anteriores, “Canciones fugaces”, “Poder decir” y “Algo amanece”; con una canción del primero llegó al Festival Internacional de la Canción de Viña de Mar; el segundo estuvo nominado a los Premios Gardel 2019 y el tercero tuvo dos postulaciones a los premios Mercedes Sosa 2022 de Tucumán, que son importantes a nivel país. “Los premios y las nominaciones, son ‘noticias’ que los artistas necesitamos, excusas para que escuchen nuestra música. No son más que eso y trato de no engancharme con la parte de competencia que implican. Sirven para que a alguien le de curiosidad pero el foco tiene que estar puesto en superarse a una misma, crecer, aprender, compartir”, alerta.

Como autora, reivindica “crear una canción de la nada, algo que no existía, lo que es un proceso muy mágico y que implica una comunión con una misma y con los demás”. “Primero surge la idea como una obsesión, en soledad, pero la compartimos, la arreglamos, la tocamos y la grabamos, necesitamos de los demás para que lo artístico suceda. Es una red de enriquecerse y crecer con la riqueza que aportan lxs demás”.

Su nuevo tema habla de ser madre. “Me encanta la maternidad, me hace increíblemente feliz, me moviliza, me conecta con lo importante y a la vez, me cuesta un montón equilibrar todo: no descuidar mi parte de cantora, de laburante y estar presente para no perderme nada de este solcito que llegó a dar vuelta todo”. Y ese hijo nacido en pandemia la reencuentra con lo mejor de la vida: “me gusta tratar de ser optimista. Busco rodearme con gente que empuja hacia el lado del hacer, con amor, de creer, porque sino todo resulta muy desolador. Me siento privilegiada con el entorno en el que me muevo, que es cariñoso y sensible y no el reflejo de toda la sociedad, y también asumo la responsabilidad que implica tener una voz que lleve un mensaje y darle más sentido a mi paso por este plano, más allá de si la escuchan dos o 100 personas”, concluye.