Cómo llegar a una arquitectura sostenible

Para luchar contra el cambio climático es necesario tomar medidas antes que sea tarde. En este contexto de alerta, el pilar energético es uno de los más importantes; por eso uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propone una energía asequible y sostenible. Es que las ciudades -advierte ONU Habitat- son “campos de batalla críticos” para un futuro sostenible. Allí es dónde es necesario tomar medida: según datos recientes, el sector edilicio en el país es responsable del 37% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Y eso no es todo: los edificios toman el 40% del consumo energético de la matriz nacional. Argentina, como todo el globo, debe realizar cambios para lograr una eficiencia energética y un futuro verde.

En esa línea está trabajando el Grupo de Hábitat Sustentable y Saludable (Ghabss) -dependiente del Conicet NOA Sur y de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT)-. “Es indispensable fomentar la eficiencia energética y el confort térmico en la construcción de edificios, para disminuir el elevado impacto ambiental que el sector edilicio provoca”, resume la arquitecta Beatriz Garzón.

Se acerca el verano y, con ello, los aires acondicionados a tope; así, el impacto ambiental del uso de estas energías aumenta sustancialmente. Todo eso se disminuiría si tan solo el sector edilicio trabajara con criterios sostenibles. El Ghabss estudia desde hace un tiempo los cerramientos tradicionales y no tradicionales en zonas urbanas y rurales de valles y llanuras en Tucumán y en Santiago del Estero. Los cerramientos son aquellas partes que cierran una construcción (paredes, ventanas y puertas) y que aislan del calor y del frío. Según evaluaron, la mayoría de los edificios no cumplen con normativas para lograr confort hidrotérmico (es decir, el bienestar en condiciones de temperatura). Entonces -sugieren- aprovechar la energía de un modo inteligente y agregando fuentes de energía no renovables.

Cambios

“Como dijimos, el 37% del consumo energético es responsabilidad del sector edilicio. La construcción de edificaciones más eficientes colaboraría en la matriz energética nacional, reduciendo la necesidad de uso de energía primaria de fuentes fósiles, como carbón, petróleo y el gas natural, que se formaron a través de varios millones de años en la superficie de la tierra”, explica a LA GACETA la becaria Amalita Fernández. “Estos liberan gases de efecto invernadero de una manera desproporcionada, lo que conlleva al sobrecalentamiento de la superficie de la tierra. Estos, en combinación con otros factores como consecuencia de acciones humana [...] derivan en lo que se conoce como cambio climático, cuyos efectos estamos sufriendo”, completa David Elsinger, becario, miembro del grupo.

En este contexto, lograr un consumo eficiente -en todos los ámbitos- es clave. Por eso lo relacionado a los cerramientos es importante. El equipo ha concluido que es fundamental aplicar alternativas de rehabilitación energética para muros, techos, carpintería y pisos, y dan ejemplos: “en climas cálidos, para mejorar un muro simple y tradicional, se le incorpora aislamiento térmico en el exterior y una capa adicional de material resistente para protegerlo -asegura Garzón-. Del mismo modo, si tenemos un techo que no está bien aislado o no tiene aislamiento en absoluto, podemos mejorarlo. Podemos agregarle materiales aislantes, para reducir la transferencia de calor y hacer que el interior del edificio sea más confortable”.

Volver a las fuentes

Además, el grupo también sugiere volver a las fuentes. Estudiaron materiales novedosos (como mampostería) y los compararon con los materiales artesanales como adobe. “En cuanto a los techos [...] en los edificios con materiales industriales, se suelen utilizar techos livianos hechos de chapas de acero galvanizado con algún aislante [...] y algunas áreas donde las personas auto-construyen sus propias casas, se utilizan materiales más tradicionales como la torta de barro, que es una mezcla de barro y paja, y también se usan estructuras de rollizos de madera y cañas para los techos”, resume Matías Ortega, también integrante del grupo. En la comparativa -advierten los expertos- se confirmó que los materiales de “construcción artesanal” son igual o mejores que los industriales. Con ello, entonces, se ha demostrado que es posible retornar a estos materiales como cerramiento.

Posibilidades

Eficiencia energética y confort térmico son claves para luchar contra el cambio climático. “Estos dos importantes conceptos deben tenerse en cuenta por diseñadores y constructores, ya que no debería ser posible concebir una arquitectura sin integrar conceptos de sostenibilidad”, añade Gabriela Giuliano, integrante de Ghabss e investigadora del Conicet, y agrega: “es imperioso incorporar controles y el cumplimiento obligatorio de normativas, de acondicionamiento ambiental y eficiencia energética en edificios construcción. Se deben respetar estándares de calidad mínimos en la selección e incorporación de los materiales, en elementos y técnicas constructivas, como así también en instalaciones con tecnologías más eficientes. De esta manera, se reducirían la necesidad de demanda energética [...] lo óptimo sería integrar a los edificios diferentes sistemas tecnológicos como colectores solares y sistemas fotovoltaicos, para el aprovechamiento de energías de fuente renovable, como el sol, el agua, el viento o la biomasa”, asegura. Esto colaboraría con la tan solicitada transición de la matriz energética.

A veces parece que lograr estos cometidos es imposible en los países subdesarrollados. Y Argentina podría comenzar a practicar la eficiencia energética en la construcción de edificios, pero hay que fomentarlo con “campañas de información y de concientización, con capacitaciones comunitarias, con instancias de actualización y perfeccionamiento profesional”, entre otras medidas. Pero también es necesario ajustar lineamientos para la eficiencia energética y normativas en todos los niveles que permitan regular y controlar la aplicación de esos criterios para lograr la eficiencia.