¿Crianza respetuosa o permisiva? "Esta generación de padres obedece a sus hijos sin chistar", dice una experta

La pediatra Laura Corredera explicó las diferencias sobre estos dos tipos de educación.

LA GACETA/FOTO DE ANALÍA JARAMILLO LA GACETA/FOTO DE ANALÍA JARAMILLO

“Esta generación de padres, de entre 35 y 50 años, es una que obedeció a sus padres sin chistar y que ahora está obedeciendo a sus hijos sin chistar”. Con esas duras palabras resumió la problemática de la crianza actual la pediatra y neuróloga infantil Laura Corredera, autora del libro “¿Qué tiene mi hijo en la cabeza?”, trabajo que desarrolla los estilos de crianza de hoy y sus implicancias. “Somos una población compleja, que la frase que nos acompaña es ‘yo quiero que mi hijo no tenga la vida que yo tuve’, y no nos ponemos a mirar que la verdadera inteligencia es tomar cuestiones de esa crianza un poco estructurada [...] pero tomando de las nuevas generaciones la capacidad de gestión, no de control, de nuestros hijos”, explicó en diálogo con LG Play.

La experta visita la provincia para participar hoy de una mesa panel sobre “Infancias y pospandemia: desafíos en el neurodesarrollo” en el VIII Congreso Internacional de Psicología, que se realiza en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Tucumán. En esta visita, además, presentará su libro mañana, a las 19.30 en el Libro de Oro (Corrientes 532). Sobre la temática que plantea en el escrito charló con LA GACETA.

Enfrentarse a la paternidad no es una cosa sencilla

“Los padres estamos enfrentados a una tarea maratónica, la de criar a un ser vivo, y nos plantamos, frente a esta situación con mucha autoridad y con mucha sensación de respuesta; en realidad, si nos analizamos a nosotros mismos y nos planteamos cuáles son las cuestiones que tenemos claras acerca de la vida y de lo que debemos hacer, nos damos cuenta de que no lo tenemos tan claro”, advirtió.

RESPONSABILIDAD. Laura Corredera reconoce que los adultos afrontan desafíos sensibles a la hora de ser padres. RESPONSABILIDAD. Laura Corredera reconoce que los adultos afrontan desafíos sensibles a la hora de ser padres.

Enfrentarse a la paternidad -indicó- no es una cosa sencilla. “Para ser claros: nuestros hijos tienen que sentir que hay un back up, que detrás de ellos hay adultos responsables que responden a sus demandas, que ellos (los niños) pueden gestionar ciertas cosas, que establecen ciertas pautas de convivencia; lo que no quiere decir que se les permita todo”, advirtió. No se trata entonces ni de ser 100% permisivo, ni de irse al otro extremo.

Sí, los chicos pueden tomar decisiones, pero hay límites. “Que un niño sea capaz o se le plantee la posibilidad de elegir entre algunas opciones no quiere decir que nosotros dejemos al libre albedrío del niño las decisiones de su vida [...] porque en cualquier decisión aparece la ansiedad. Para un ser pequeño, elegir entre un abanico increíble de posibilidades, genera mucha ansiedad, porque su desarrollo mental no está todavía preparado para eso, es mucha responsabilidad”, dijo.

¿Cómo se marcan los límites en la crianza?

La clave -consideró Corredero- es marcar límites. “La crianza es un proceso; lo difícil es hacer modificaciones cuando hay una estructura de dinámica establecida. Es mucho más difícil empezar a trabajar los límites en la crianza de un niño de ocho años, que en uno que empieza de muy pequeño.”, comentó. Y la pregunta es: ¿cómo?.

“Los chicos se estructuran cuando hay estructura en la casa [...]. La opción no es gritar, porque genera una escalada de gritos. Lo que uno tiene que enseñar a los chicos es que yo puedo equivocarme, y voy a pedir perdón, pero voy a tomar las decisiones aunque pueda equivocarme. El problema es que los padres de esta generación tenemos un muy mal manejo del tiempo y no cumplimos lo que decimos; gritar cosas sin sentido que no se van a cumplir es lo que genera que no haya adherencia a las normas”, alertó.

Además, dio algunos consejos: “en caso de que hayan discrepancias, los padres tienen que entender que se tratan en privado [...] porque los nenes necesitan consistencia, necesitan adultos responsables y de acuerdo, que estén dispuestos y disponibles. La disponibilidad empieza con dejar las pantallas, con sentarse, agacharse en el piso a jugar, tener tiempo para un juego de mesa o para leer un libro. Que esa pequeña persona que yo cree y que me toca criar sepa que yo tengo todas las ganas del mundo de escuchar todo lo que tiene para contar”.

La especialista también dejó un interesante mensaje para los padres: “en la crianza no hay errores, porque no hay manuales. Uno puede dar sugerencias, pero cada dinámica es única; hay que sentarse a ver dónde están las dificultades. Hay que ser honestos con nuestros hijos y hablar, de las cosas que salen bien y de las que salen mal -resumió-; somos seres complejos interactuando desde la complejidad más tremenda que es el amor”.

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