En busca de la redención, Sand y Dening plantan bandera e intentan levantar a San Martín de Tucumán

Los dos referentes más importantes del plantel “santo”, aseguran que el equipo asimiló el golpe de haberse quedado al margen de la final por el ascenso y está listo para jugar con todo el Reducido.

Manolo Dening y Darío Sand hablaron sobre el presente del plantel y cuáles son sus proyecciones para el Reducido. "Manolo" Dening y Darío Sand hablaron sobre el presente del plantel y cuáles son sus proyecciones para el Reducido.

Más allá del cimbronazo que significó para San Martín haber perdido contra Defensores de Belgrano, derrota que lo dejó fuera de la final por el primer ascenso, los tropiezos siempre obligan a levantarse. Los golpes son moneda corriente en del fútbol y la responsabilidad de resurgir crece si se toma en cuenta la pasión de los hinchas y la necesidad que tienen en La Ciudadela de dar pelea hasta el final.

“Fue una semana un poco rara. Nosotros teníamos la ilusión y la expectativa de jugar la final; pero no se dio”, toma la palabra Emanuel Dening, quien como capitán intentó transformarse en el el pilar de soporte del resto del plantel. “Ya dimos vuelta la página. Estamos preparando el partido con Riestra y vamos a encarar de la mejor manera posible lo que se viene. Debemos ir partido a partido”, advierte.

En el seno del plantel son conscientes de que están en deuda con ellos mismos, con el cuerpo técnico, con los hinchas y los dirigentes. “No somos el San Martín de los primeros partidos con Pablo; incluso capaz que tengo un bajo rendimiento personal. Pero estamos fuertes, mentalizados en lograr otra vez el nivel que teníamos antes”, agrega “Manolo” quien comparó la derrota en el “Juan Pasquale” con el empate en Mar del Plata ante Alvarado. “Fue parecido a lo que nos sucedió aquella vez. Teníamos controlado el partido; ellos llegaban con pelota parada, en donde eran fuertes, pero cabeceaban incómodos. El penal fue dudoso. El referí cobraba todas las chiquitas a favor de ellos. Pero no es excusa. Hicimos un gran primer tiempo y en el segundo ellos ya se vinieron con todo. Fue un resultado que nos pegó mucho. A mi modo de ver, no había modo de que nos empataran o que podamos perder ese partido. Sin embargo pasó eso y nos fuimos tristes”.

Que en la primera fase del Reducido San Martín defina de local es una ventaja de acuerdo a la mirada del correntino; incluso cuando los juegos contra Güemes y Almirante Brown (los últimos en casa) terminaron en empate. “Lo más lindo es jugar de local. La gente es un jugador más”, resalta.

Darío Sand, otro de los referentes del grupo, alinea sus declaraciones con las de Dening. “Perdimos un solo partido de local y fue con (Iván) Delfino. Después, si empatamos bastante, pero tenemos una localía fuerte”, resalta el “1”. “No se puede hacer un análisis por lo último. Fue un año duro, con muchos altibajos, y pienso que el tercer puesto era lo que nos merecíamos. Luchamos hasta el final, pero perdimos muchas chances. Contra Almirante era clave ganar y no lo hicimos. Ahora vamos a ir por el camino más largo y complicado, pero creo que podemos lograr el objetivo”.

En un torneo tan parejo y en el que la mediocridad fue casi un común denominador de los equipos, Sand entiende que no se puede subestimar ninguna parada. Ni la primera, en la que el “santo” contará con “viento a favor”. “No nos tenemos que relajar por la ventaja deportiva porque puede ser traicionera y jugarnos en contra. Debemos salir a ganar con todo; después, si no se puede, con el empate también vamos a pasar”, explica antes de bajarle los decibeles a las críticas que recibió el grupo durante la última semana. “Es muy dura la palabra fracaso. Este club te pide ganar todo el tiempo y entendemos que sea así. Pero pienso que las formas son importantes. Ojalá el equipo pueda demostrar su potencial y que la gente se alinee con nosotros”, sentencia.

Luego del silenzio stampa al que se plegaron en La Ciudadela tras el golpazo, Sand y Dening salieron a poner el pecho y a tratar de levantar a un grupo que no se resigna y apuesta a ir por todo.

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