Jugando así, el regreso de Atlético Tucumán a las copas internacionales es posible

El “decano” golpeó rápido a Talleres, mostró pasajes de buen fútbol y mucha entrega, para asegurar tres puntos que lo dejaron a un punto de la zona de clasificación a la Sudamericana.

Paradoja total en el Monumental “José Fierro”. Una de las tardes más grises del 2023, fue una de las más alegres y “coloridas” para el mundo “decano”. Es que después de tres partidos, Atlético volvió a ganar; pero además dejó señales positivas porque jugó, ta vez, uno de los mejores partidos de la era Orsi-Gómez.

El 1-0 sobre Talleres, con el tanto de Marcelo Estigarribia le vino al pelo a Atlético; porque sumó tres puntos claves para olvidarse casi definitivamente del descenso (le sacó 12 puntos a Colón, con 12 por jugarse) y para meterse en la discusión por la clasificación a cuartos de final de la Copa de la Liga y a la próxima Copa Sudamericana.

Lo primero que se notó claramente en el equipo de la dupla fue la determinación de salir a buscar el partido. Rápidamente, en los primeros segundos, encontró una combinación por la banda izquierda entre Pereyra, Coronel y Orihuela; que arrancó muchos aplausos. Desde el arranque, la actitud fue otra porque el “decano” mostró una idea superior a la de los juegos anteriores.

Y fue eso lo que le permitió ponerse en ventaja rápidamente. A los 6’, gracias a dos recuperados. Adrián Sánchez anticipó una pelota en campo rival y asistió a Estigarribia, que la “pinchó” con clase ante la salida de Guido Herrera.

Los minutos que siguieron mantuvieron el frenético ritmo de arranque. Talleres, un equipo muy dinámico, encontró un hueco a espaldas de Sánchez que empezó a explotar; así también aprovechó los contraataques cada vez que Atlético arriesgó un poco.

Entre Marchiori, el travesaño, y la propia ineficacia de la “T”, sostuvieron el cero en el arco de Atlético, pese a que la defensa tuvo momentos de zozobra.

El “decano” también tuvo la posibilidad de estirar la ventaja en un par de oportunidades, con buenas apariciones de los mediocampistas y los delanteros; y con un Pereyra muy activo, haciéndose cargo de la generación.

Lo más destacable fue la intensidad y la velocidad que tuvo en ataque. De todas formas, el partido se fue desdibujando en los 20’ finales del primer tiempo, cuando Talleres asumió el protagonismo pero pecó de impreciso.

Con la obligación que le imponía el resultado adverso, Talleres intentó mantener ese rol de protagonista en el arranque del complemento, aunque cada vez que tuvo tiempo para pensar y construir ataques, falló. Solamente cuando pudo atacar en velocidad logró complicar. Además, cada vez que tocó el área, se encontró con una defensa que, con el correr de los minutos, fue mostrando mayor solidez.

Atlético, por el contrario, se sintió cómodo con una postura más expectante, e incluso tuvo chances para aumentar la diferencia.

La más clara se dio en los pies de Carrera, que remató en el área tras un buscapié de Coronel; pero uno de los centrales cordobeses cerró de manera salvadora.

En el tramo final, con empuje, Talleres logró meter a Atlético en su campo. Con la actitud y la garra que tuvo en todo el partido, el “decano” no tuvo problemas en ponerse el overol y pelear para aguantar el resultado.

Pese a la poca claridad, por inercia, Talleres contó con chances clarísimas para empatar el partido: una con un cabezazo de Kevin Mantilla que se fue rozando el palo derecho de Marchiori; y otra dentro de los eternos ocho minutos de adición, con un remate que se desvió en un defensor “decano” y se fue muy cerca.

Por ese sufrimiento final, el pitazo final generó un enorme desahogo en la cancha y en las tribunas.

Atlético volvió a ganar, y se ilusiona con pelear el ingreso a copas. No sólo por el resultado positivo, sino porque volvió a ser un equipo punzante en ataque y que estuvo respaldado por una defensa férrea y una entrega que fue reconocida por todos los hinchas.

El “decano” está más vivo que nunca y ahora parece apostar todo a ganador.

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