Teatro Salvaje toma partida sobre cómo nació el país

El grupo marplatense presentará “Rojo es el sonido de tus huellas” en Puerto Cultural Libertad.

RITUAL COLECTIVO. Fernando Osuna en “Rojo es el sonido de tus huellas”. RITUAL COLECTIVO. Fernando Osuna en “Rojo es el sonido de tus huellas”.

Una relectura de la conquista española de América y de la construcción de la Argentina, a partir de hechos acontecidos en la historia -a veces ocultos-, se sintetizan en “Rojo es el sonido de tus huellas”, la obra que el grupo marplatense Teatro Salvaje presentará esta noche a las 21 en Puerto Cultural Libertad (Las Piedras 1.850).

Este unipersonal cuenta con la actuación de Fernando Osuna y la dramaturgia y dirección de Lucas Capurro. “Intentamos mostrara través del cuerpo, la voz y la música de un actor, los relatos que sobrevivieron al paso del tiempo y a la corrección de la historia que siempre realizan los que vencen. Esta tierra que hoy podemos llamar nuestra se creó sobre las huellas y los gritos de aquellos que no quisieron ser descubiertos, que no quisieron ser parte de este nuevo mundo”, describe Capurro a LA GACETA.

El espectáculo fue estrenado en 2020, y ha participado de la XIII Muestra Internacional de Artes Escénicas Movimiento Continuo 2022 en Bogotá, Colombia, y del Festival internacional de Teatro Ocupa Novo Ato, en Goiânia, Brasil, en este año.

- ¿Por qué hace falta volver a abordar la conquista?

- Para nosotros es importante no perder ni olvidar la historia. Y más precisamente el tipo de historia que resulta más incómoda para los que somos descendientes de europeos mayormente. También es una forma de buscarse en el otro, indagar el pasado y enfrentarse con la otredad. Intentamos una construcción de la identidad teatral a través del encuentro con los otros que desconocemos y pretendemos que no sean olvidados.

- ¿Cuáles historias superaron el horror y el tiempo?

- Muchísimas, como por ejemplo el genocidio perpetrado contra el pueblo Ona (los Selk’nam) en la provincia de Tierra del Fuego, un hecho que se desarrolla dentro de nuestra obra. Son relatos de la América Latina, y en mayor medida de la Argentina.

- ¿La opresión sigue de otra forma?

- Sí, territorialmente se ha asfixiado a los pueblos originarios como si de una prisión se tratase y en cuanto a los recursos naturales que antiguamente les pertenecían, ni hablar. Ya son escasos o están contaminados por los nuevos dueños de estas tierras.

- ¿El exterminio concluyó o mutó y ahora no incluye la muerte sino la dominación absoluta?

- Exactamente esto último que preguntás. La dominación es absoluta. Con nuestras reglas y en el espacio en que nosotros queremos darles. O es nuestro sistema o es condenarse a perecer.

- ¿Cómo surge una Argentina que niega sus orígenes indios en esos contextos?

- Una difícil pregunta. Negarlos es no reconocerles sus derechos principalmente. Dejar que su población vaya disminuyendo hasta desaparecer. Privarlos de vivir libremente y en comunidad según sus propios valores y leyes. Imponerles las normas nuestras y contaminarlos con nuestro desarrollo aplicándoles nuestra cultura de sometimiento al capital y a la producción.

- ¿Cómo es el montaje escénico de la propuesta?

- El montaje es un ritual sincrético, que es llevado adelante por un hombre contemporáneo que a la vez que narra historias y hechos acontecidos durante 500 años de conquista, colonización y exterminio. Se va cuestionando sus raíces europeas y su identidad como argentino. La puesta espacial es circular, donde el público puede observar y participar del ritual estando muy cerca de las vivencias que el actor transita por su cuerpo mientras narra al mismo tiempo con su voz.

- ¿Sigue habiendo discursos políticos negacionistas que desafían la construcción de esa memoria?

- Sí, los vemos en los medios de comunicación en boca de candidatos políticos o comunicadores sociales, pero también los escuchamos en la calle en boca de conocidos, amigos o parientes.

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