Jaldo: “Voy a ser el gobernador de la austeridad”

Si fuera por él, recibiría los atributos de gobernador con el chaleco celeste, su cábala en cada comicio. Pero a Osvaldo Francisco Jaldo le esperan cuatro años de mandato desafiantes, en la que necesitará no solamente que lo acompañe la suerte, sino también acciones que tiendan a sostener a una provincia que alberga a 1,7 millón de habitantes y que demandan más y mejores servicios educativos, de salud y de seguridad, entre otros.

A sus 65 años y luego de adjudicarse las elecciones provinciales del 11 de junio pasado, con Miguel Acevedo como compañero de la fórmula del Frente de Todos, el tranqueño pondrá hoy su mano en la Biblia para jurar desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de gobernador. “Soy un ciudadano común, un militante que desde hace 40 años viene desarrollando una carrera política que hoy me deposita en este sitio privilegiado: ser gobernador electo por el pueblo”, afirma Jaldo a LA GACETA. Durante toda esa etapa de su vida, el contador y productor ganadero fue acompañado por su esposa, Ana María Grillo, y luego por sus hijas Belén y Celeste y por sus nietas Amparo y Aurora, que hoy estarán con él en la ceremonia.

El nuevo mandatario no deja de reconocer el apoyo recibido por la ciudadanía que lo votó y también de la que no lo eligió para el cargo porque, según sostiene, “han participado del proceso electoral de manera ordenada, respetando las opiniones diferentes”. Por esa razón, en su mensaje de hoy en el Teatro San Martín, Jaldo llamará “a la unidad de todos los tucumanos, a través de un Gobierno participativo y plural”. Como prueba de ese concepto, ofrece la conformación del gabinete que este mediodía asumirá en el mismo edificio. “Hay compañeros peronistas, también técnicos y extrapartidarios, pero además de lo político, en la provincia debe prevalecer la idea de que el Estado necesita del sector privado, convirtiéndose en un facilitador de herramientas para que generen más empleos e inviertan en cada fábrica”.

El contexto económico, político, social e institucional en el que asume Jaldo no es el ideal. La Argentina atraviesa una crisis cambiaria, con altos índices de pobreza e indigencia en un contexto en el que una inflación galopante carcome el poder adquisitivo de la sociedad. El Estado no es ajeno a este escenario. El nuevo gobernador, en ese sentido, ordenó a su equipo económico un análisis pormenorizado del proyecto de Presupuesto para 2024, de tal manera de eliminar partidas de gastos considerados superfluos. “Voy a ser el gobernador de la austeridad, ese que debe aplicar la misma receta que cualquier ciudadano en la casa: no gastar más de lo que ingresa”, afirma el mandatario. El Cálculo de Gastos Totales para el año que viene contiene la friolera de $ 1,8 billón. Jaldo cree que esa cifra puede reducirse con la aplicación del nuevo organigrama, con el esfuerzo de los tres poderes del Estado y con un régimen especial tributario que no piense tan sólo en la recaudación, sino también en brindar una oportunidad más amplia al contribuyente para que pueda mantenerse al día en el pago de sus posiciones. “En este momento difícil haremos una reforma tributaria de fondo”, promete el nuevo titular del Poder Ejecutivo, que sucederá a Juan Manzur, tras dos períodos al frente de la provincia. A la ceremonia de hoy asistirán el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, los gobernadores y vicegobernadores del Norte Grande. Ayer por la tarde, asistió a la cumbre en el Hotel Sheraton la vicegobernadora de Buenos Aires, Verónica Magario, y, por la noche, llegó a esta ciudad el mandatario Axel Kicillof.

Jaldo remarca que, para él, la administración pública no es algo nuevo. Mientras Manzur estuvo como jefe de Gabinete de la Nación, entre septiembre y marzo pasado, el tranqueño ejerció la gobernación durante 513 días. Antes, había sido tres veces intendente de Trancas, legislador, ministro de Economía y también inauguró el del Interior, en tiempos de José Alperovich.

Acompañó a Manzur durante ocho años y ahora le toca la oportunidad de acceder a la gobernación por el voto popular. Jaldo no le teme al desafío, más allá de las posibles restricciones financieras que se vienen. “El Estado debe ser eficiente en la administración del presupuesto y debe eliminar todos los gastos superfluos, como una manera de mostrarle a la sociedad de que los gobernantes hacen esfuerzo para brindar más y mejores servicios”, puntualiza.

Jaldo enfrenta el mayor desafío de su vida político. Lo toma con tranquilidad y reafirma un concepto con el que se identifica: “nunca he dejado de ser un ciudadano común”.