Jorge Orlando López: el tucumano que forjó una amistad con Maradona desde sus comienzos

En el día en que Maradona cumpliría 63 años, el ex delantero recordó su relación con el astro del fútbol. "Lo que siempre me sorprendió fue su personalidad", dijo.

López y Maradona, enfrentados en un duelo entre el Sevilla y el Barcelona, en España López y Maradona, enfrentados en un duelo entre el Sevilla y el Barcelona, en España

Hoy es un día de mucha nostalgia para el fútbol argentino. Cargado de mucha tristeza, pero también de mucha alegría, pese a lo contradictorio que suene. Es que hoy, 30 de octubre, cumpliría años Diego Armando Maradona: 63 años. Y hubo un tucumano que forjó una amistad y grandes recuerdos con el astro del fútbol: Jorge López.

Con pasos por Atlético y San Martín, e incluso por el fútbol español (Burgos y Sevilla), López coincidió con Maradona cuando la carrera de ambos recién estaba comenzando, en Argentinos Juniors. “Eramos los más chicos del plantel de primera”, remarca López, en diálogo con LA GACETA. En 1976, fue el debut de ambos: primero el del tucumano, y luego el de Diego.

“Lo conocí cuando empezó a entrenar con el plantel profesional. En Argentinos Juniors siempre se hablaba de un chico que la rompía, que era un deleite verlo jugar, pero no coincidíamos en las divisiones inferiores, porque yo era tres años mayor. Cuando empezó a entrenar con el plantel de primera, ya se veía que era un jugador distinto a todos: no le tenía miedo a nada, vivía pidiendo la pelota, te hacía jugar. Cada vez que hacía fútbol y jugaba contra los titulares, volvía locos a los defensores, no lo podían agarrar”, recuerda López.

“Lo bueno que tenía, más allá de las condiciones futbolísticas, era la personalidad. Eso era lo que más admiraba de él. La primera pelota que agarró en su debut, contra Talleres, tiró un caño. Le pegaban bastante; él se sacudía, se levantaba, seguía pidiendo la pelota y haciendo jugar al equipo”, agregó el ex mediocampista tucumano.

Además de la personalidad, López destacó las ganas de progresar que tenía el genio de Villa Fiorito, futbolísticamente hablando. “Después de los entrenamientos, me hacía quedar a mí para que vaya al arco, y pateaba tiros libres; o ponía dos remeras en cada ángulo, y hasta que no la volteaba, no se iba. También me tiraba centros a mí para que yo defina, y me hacía que yo tire centros para que él cabeceé. Era una persona que siempre quería mejorar, día a día. Por eso fue lo que fue a nivel futbolístico, a nivel mundial”, subrayó.

López y Maradona, ambos tocando una pelota con sus manos, en su etapa en Argentinos Juniors López y Maradona, ambos tocando una pelota con sus manos, en su etapa en Argentinos Juniors

Su amistad

El hecho de haber sido los más chicos del plantel, cuando ambos recién llegaron a primera división, terminó generando, casi por inercia, una amistad entre Maradona y López. “Andábamos siempre juntos. Yo estaba sólo en Buenos Aires, mi familia estaba toda en Tucumán, yo vivía en la pensión del club. Cuando entrenábamos, terminábamos y me invitaba a su casa a merendar. Concentrábamos juntos, cuando viajábamos íbamos juntos; se creó una hermosa relación”, indicó López.

Tal fue la amistad, que el tucumano fue uno de los invitados al casamiento entre Diego y Claudia Villafañe, el 7 de noviembre de 1989, en el Luna Park. “Yo estaba jugando en San Martín, me mandó al club la invitación, porque no tenía mi dirección. Me sorprendió muchísimo, no lo esperaba, me dio mucha felicidad. El casamiento fue muy hermoso, son cosas que a uno le va a quedar de recuerdo para toda la vida”, indicó López.

De esa fiesta, el ex mediocampista tucumano recuerda, por un lado, el reencuentro con ex compañeros de Argentinos Juniors; por otro, la presencia de figuras futbolísticas y artísticas (“estaba Susana Giménez”, puntualiza); y los eventos dentro del casamiento que llamaban la atención. “Cada hora te sorprendías con algo: había conjuntos musicales, cosas que realmente llamaban la atención para lo que era un casamiento. Eran las 7 de la mañana, y nadie se iba, porque era algo que te daba gusto quedarte, estar y seguir disfrutando”, puntualizó.

Recordando viejos tiempos, López destacó un gesto que tuvo Diego en la previa del Mundial de 1978, que finalmente Maradona no jugó. “Me pidió que lo acompañe a la casa de la marca Puma, porque tenía que ir para que le entreguen unas cosas. Me dijo que vaya para que me den también botines, y otras cosas. Las actitudes que tenía te sorprendían, siempre respaldando al compañero, al amigo”, aseguró.

“Estoy siempre agradecido de haber tenido la suerte y el privilegio de poder haber estado con él, compartir cosas, no sólo en lo futbolístico sino en la vida”, remarcó López, que contó que la última vez que vio a Maradona en persona fue en 2007, cuando el “10” visitó Tucumán para jugar un partido de Showbol.

“Cada vez que uno tenía la suerte de poder estar con él,era hablar de fútbol, de la actualidad, de la familia, y recordar épocas de Argentinos cuando éramos chicos, cuando empezamos a jugar”, manifestó el ex mediocampista de Atlético y San Martín, que aseguró que no le quedó pendiente hablar de ningún tema en particular con Diego, pero admitió que “si me hubiera gustado mucho verlo una vez más, porque era lindo charlar con él, escucharlo hablar; te daba gusto entablar una conversación”.

“Me hubiera gustado que hoy siga con nosotros; creo que no se lo cuidó como se lo tenía que cuidar. Yo renegaba, porque si se lo hubiera cuidado como tenía que ser, hoy lo tendríamos con vida. Lamentablemente, no se lo cuidó, y pasó lo que pasó”, concluyó López, que pese a la tristeza por la ausencia de Diego, recuerda con añoranza los grandes momentos que compartió con uno de los mejores futbolistas de la historia.

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