No nos sorprende la conducta de la UCR en la actual coyuntura, decidiendo una neutralidad que favorece claramente al oficialismo. Los radicales tienen una larga historia de “doblarse” ante el Partido Justicialista. Lo hicieron con Carlos Menem, cuando le firmaron el Pacto de Olivos; luego lo abandonaron a Fernando de la Rúa y acordaron con Eduardo Duhalde; después apoyaron la “transversalidad” de Néstor Kirchner y, actualmente, son funcionales a la “unidad nacional” de Sergio Massa, siempre atrás del peronismo. La mayoría del pueblo argentino, que no votó al oficialismo, quedamos con una sensación de abandono, a la deriva, cautivos del populismo, con la única esperanza que el PRO ayude a supervisar las elecciones y se pueda concretar en las urnas la expresión de los votantes de Javier Milei y de Patricia Bullrich. Siempre leo con fervor los editoriales de Álvaro José Aurane en el diario, pero tengo una pequeña discrepancia con el último del día 27/10/23: “la oposición es parte del problema”. No es toda la oposición, es la UCR, en Tucumán rechazó unirse con Fuerza Republicana y a nivel nacional rechazó la unión con los liberales de Milei, eso puede determinar la continuidad del peor Gobierno de la democracia. Deben saber los dirigentes radicales que nunca los olvidaremos.
Luis O. Pérez Cleip