Virus
“Poner el cuerpo y el bocho en acción”, en “Agujero interior”
”Lo que uno hace no sale nunca de un repollo, siempre hay otras referencias”, advierte Roberto Jacoby. El creador de distintos temas de Virus acaba de publicar el libro titulado “Superficies de placer”. Jacoby repasa, a través de la revisión que hace de su trabajo como uno de los letristas del grupo Virus, un momento específico del país. Ironía, hedonismo, crítica mordaz, sexualidad ardiente, catarsis, marginalidad y refinamiento, son algunas de las cuestiones que lleva Virus a esa escena de la contracultura de inicio de los años 80 en la Argentina.
“En plena etapa de producción del sucesor de ‘Wadu Wadu’ (1981), la banda se negó a participar del Festival de Solidaridad Americana, que era la respuesta del rock argentino a los chicos que estaban defendiendo la recuperación de las islas Malvinas. Mientras los nombres más representativos de nuestro rock convocaron a una multitud el 16 de mayo de 1982 con un objetivo solidario, Virus y Los Violadores no formaron parte del concierto realizado al aire libre en el Club Obras Sanitarias”, recuerda la revista Rolling Stone sobre el evento.
“El concepto de Virus en general era la liberación física, corporal, sexual y al mismo tiempo letras que tuvieran cierta gracia, alusiones a distintos temas sobre situaciones, desde la droga hasta la guerra”, dice Jacoby. “’Agujero interior’ era eso, terminó la dictadura y había que poner el cuerpo y la cabeza en otra posición. Eso fue el contenido de los años 80. Liberarse de una tremenda opresión”, agrega Jacoby sobre Virus. En la entrevista sobre el libro, dice: “emerge lo lúdico, lo experimental. De hacer algo nuevo, algo divertido, fresco. No insistir sobre los parámetros establecidos. Siempre digo que las letras de Virus son como valijas de doble fondo, triple fondo, valijas de contrabandistas”. Federico Moura pone en movimiento algo así como una invitación dionisíaca tras tantos años de oscuridad. Virus empieza a ser reconocido e instala varias bombas radiales para iniciar el romance masivo. La música de Virus se escucha hoy en algunos bares de la galería Mendoza. Y uno elige el café también por esa música.
Sumo
Con “la rubia tarada” y “mejor no hablar (de ciertas cosas)”
¿Quién no escuchó siquiera algunas líneas de “La rubia tarada”? “Corpiños en la madrugada” es el primer álbum de estudio de la banda Sumo grabado el 30 de octubre de 1983. En ese momento Luca Prodan (el líder del grupo), Germán Daffunchio, Diego Arnedo, Alejandro Sokol y Roberto Pettinato integraban el grupo. “Mejor no hablar (de ciertas cosas)”, ha marcado generaciones distintas desde entonces.
“Caras conchetas, miradas berretas Y hombres encajados en Fiorucci Oigo ‘dame’ y ‘quiero’ y ‘no te metas’ ¿Te gustó el nuevo Bertolucci?”
Sumo tenía canciones cantadas en inglés, cuestión que los militares de la dictadura habían prohibido durante la Guerra de Malvinas, algo que, por otra parte, favoreció el desarrollo del rock nacional que comenzó a ser difundido en las radios del país. “Fuck you”, “Divididas por la felicidad”, “Banderitas y globos” y “Breaking away” también integraban el famoso disco inaugural de la banda.
Luca Prodan nació en Italia, tenía raíces escocesas y compartió colegio con el Príncipe Carlos de Inglaterra. Se hizo adicto a la heroína y viajo a la Argentina en busca de un poco de paz y estabilidad. Fundó Sumo, una banda inédita y fundamental para el rock nacional. Sumo grabó en 1986 “Los viejos vinagres” y en 1987 “After chabón”, con el venerado tema “Mañana en el abasto”.
En octubre del 83 se fabricaron 300 ejemplares en minicinta que, siendo el primer testimonio de Sumo, hoy es un clásico del rock argentino: “Corpiños en la madrugada”, que estableció una marca en el ADN del género. Los cassettes se vendían a la salida de los recitales de la banda en ese año. Entre los músicos invitados que forman parte del disco figuran Daniel Melingo y Daniel Colombres.
Prodan se convirtió en una leyenda y este año habría cumplido siete décadas. Pero su temprana muerte lo tornó en mito, cuando falleció a los 34 años un 22 de diciembre de 1987. Sumo no sobrevivió tampoco: se rompió y de su seno nacieron Divididos y Las Pelotas.
Debut durante un desfile de moda
Un año después de que tres músicos se unieron como banda, Soda Stéreo tuvo su primer concierto abierto al público, luego de algunas presentaciones en eventos privados. Fue en julio de 1983 en la Discothèque Aeropuerto del barrio porteño de Belgrano, durante un desfile de modas. “Nadie nos hizo ni siquiera un gesto de asentimiento. Tocamos los tres con un sistema de sonido muy deficiente. Pero éramos felices, aunque nadie nos hiciera caso. Realmente parecíamos un grupo de punk, no sabíamos tocar y el sonido era fuerte, aunque era solo eso”, recordaron Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti tiempo después. Ya para su inicio en los escenarios había abandonado la banda Richard Coleman, quien los acompañó originalmente. Desde entonces, se presentarían habitualmente en tradicional club Cabaret Marabú del microcentro porteño, y el público comenzó a reconocer su sonido distinto. En su tercer show, Horacio Martínez, histórico productor de rock argentino y “cazador de talentos”, los escuchó y los invitó a grabar para CBS Records. Esto se concretó en 1984 cuando lanzaron su primer disco, con el nombre del grupo y todavía atravesado por las influencias de la new wave y el ska, aunque luego evolucionaron hacia un estilo post-punk rockero que los catapultó como la formación argentina más importante en América Latina.