Milei le mandó un mensaje al Gobierno y dijo que no hay lugar para gradualismos

El presidente electo invitó a dirigentes de otros espacios políticos a sumarse a lo que definió como "la nueva Argentina". Además, trazó algunas de las líneas que caracterizarán su administración.

DISCURSO. Milei envió un mensaje al oficialismo luego de imponerse en el balotaje. DISCURSO. Milei envió un mensaje al oficialismo luego de imponerse en el balotaje.

En un discurso escueto que, según dicen, retocó y revisó inclusive instantes antes de subir al escenario, el presidente electo Javier Milei trazó las líneas generales de lo que será su programa de Gobierno: dijo que la suya será una administración que cumplirá con los compromisos asumidos, que respetará la propiedad privada y el libre comercio. Pero también le pidió responsabilidad a Alberto Fernández, que gobernará hasta el 10 de diciembre, día en el que asumirá el libertario: “Queremos pedirles que sean responsables, que se hagan cargo hasta el final de su mandato”.

Milei subió solo al escenario, a diferencia de lo que ocurrió en las elecciones anteriores. Esta vez fue su hermana, Karina Milei, la que lo presentó. Los principales dirigentes de La Libertad Avanza se quedaron abajo. Mezclados con ellos aparecían algunos líderes del PRO, como Cristian Ritondo y Hernán Lombardi. De hecho, luego de agradecerles a los fiscales y a los dirigentes libertarios, Milei les dedicó un párrafo al ex presidente Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quienes acordaron una alianza con él a pocos días de las elecciones generales que puso en riesgo la continuidad de Juntos por el Cambio como principal espacio opositor (crisis que se profundizó con el resultado del balotaje). “Quiero agradecerle muy especialmente al presidente Macri y a la señora Bullrich que, desinteresadamente y en un acto histórico nunca visto en Argentina, pusieron el cuerpo para defender el cambio”, expresó.

También buscó tender puentes con otros sectores políticos a quienes les sugirió que está dispuesto a olvidar viejas diferencias y rencores. “Quiero decirles a todos los dirigentes que quieran sumarse a la nueva Argentina que son bienvenidos. No importa de dónde vengan ni las diferencias que hayamos tenido. Son más las cosas que nos unen que las que nos separan”, invitó. De todos modos, inmediatamente después lanzó una advertencia: “Sabemos que hay gente que se va a resistir. A todos ellos quiero decirles lo siguiente: ‘dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada’. En esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos, para los que buscan proteger sus privilegios con la violencia”. Varios creyeron escuchar en ese párrafo referencias a las dificultades que tuvo Macri en su gestión con varios sectores el peronismo y de la izquierda.

Políticas de shock

También advirtió que la realidad Argentina es crítica y que los cambios que se necesitan serán drásticos. “No hay lugar para gradualismos, para la tibieza, para medias tintas… Si no avanzamos rápido con los cambios nos dirigimos hacia la peor crisis de nuestra historia. Tenemos problemas monumentales por delante: la inflación, el estancamiento, la falta de empleo genuino, la inseguridad, la indigencia”, enumeró.

“No venimos a inventar nada, venimos a hacer lo mismo que hicimos en el siglo XIX en nuestro país. Si abrazamos las ideas de la libertad de Alberdi, en 35 años volveremos a ser una potencia mundial”, argumentó sobre el final de su primer discurso. Porque luego salió a la calle, donde lo aguardaba una multitud. Allí, en un escenario más pequeño, lo acompañaron su hermana Karina; su pareja, Fátima Florez, y la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel. “Cuántas veces habremos dicho que la victoria no venía de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas del cielo. Por eso, no podía terminar de otro modo: ¡viva la libertad, carajo!", se despidió.

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