En Los Vázquez se fundó un club que utiliza el fútbol como herramienta para cambiarle la vida a los adictos

Cuenta con entre 50 y 60 integrantes que luchan contra todos los obstáculos y limitaciones. En 2024 cumplirá el sueño de tener su casa propia.

HERRAMIENTA PARA CAMBIAR VIDAS. Los chicos de Los Vázquez encuentran una salida a las adicciones, con la escuelita de fútbol. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. HERRAMIENTA PARA CAMBIAR VIDAS. Los chicos de Los Vázquez encuentran una salida a las adicciones, con la escuelita de fútbol. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.

El barrio Los Vázquez, ubicado en la zona del Mercofrut, es uno de los sectores más afectados por el flagelo de la droga en Tucumán. Marginados, olvidados y relegados por las autoridades, sus vecinos luchan contra esta problemática día a día; y desde 2014, con la colaboración de un grupo de profesionales liderado por los psicólogos Emilio Mustafá y Gabriela Morales Perrone, que conforman un dispositivo de salud, comenzaron a buscar una salida a ese inconveniente.

En estos nueve años se instauró el grupo “Con esperanza nos fortalecemos”, que cuenta con diferentes iniciativas para brindar contención y acompañamiento: un merendero, un taller de costura, y también una escuelita de fútbol para niños y adolescentes; todos con una fuerte intención evitar los malos hábitos y alejar a las personas de las adicciones.

En ese marco se formó el Club Social, Cultural y Deportivo Los Vázquez, que ya tiene personería jurídica, y cuyas instalaciones, que pretenden recibir todos los proyectos enmarcados en el dispositivo de salud liderado por Mustafá y Morales, se encuentran en plena etapa de construcción.

Las primeras previsiones señalan que en mayo de 2024 la obra estaría terminada. El club se emplazará en un espacio entre la calle principal del barrio, y su límite sur, y contará con una cancha de fútbol, un salón de usos múltiples (SUM) y un anfiteatro.

La gran particularidad de la institución es que su comisión directiva estará conformada, en parte, por muchos de los vecinos que se encuentran en recuperación de adicciones, algo de lo que no se conocen antecedentes. “El proyecto del club se fue gestando a partir del 2015. Los chicos fueron pensando algunas cuestiones y a las ideas se le dio una cuestión más técnica con un equipo de arquitectos”, cuenta Morales Perrone, una de las coordinadoras que trabaja en Los Vázquez.

EN ACCIÓN. Los chicos de Los Vázquez tienen entrenamientos antes de jugar al fútbol. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. EN ACCIÓN. Los chicos de Los Vázquez tienen entrenamientos antes de jugar al fútbol. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.

El club de fútbol de Los Vázquez está en plena etapa de crecimiento 

La escuelita de fútbol, cuyo surgimiento fue previo al proyecto del club, tiene un fin más social que deportivo, según explicó Morales. “Está pensado más que nada para poder abordar a poblaciones más jóvenes, a niños y a adolescentes, con un carácter preventivo y asistencial en torno a las adicciones. La idea es que puedan ir incorporando pautas propias de la disciplina, pero que también funcione como un espacio de contención. Para nosotros, no es un fin en sí mismo, sino una estrategia, un medio para trabajar el objetivo”, detalló.

Además de llegar a los niños y adolescentes, la intención de la escuelita es poder alcanzar, también, a los familiares de los participantes. “Tenemos un diagnóstico no muy alentador en relación a los grupos familiares de estas infancias, que fueron tomando nuevas configuraciones y están cada vez más fragmentados”, dijo al respecto Morales, que también destacó la importancia de que la “escuelita” funcione como un espacio de referencia en cuanto al vínculo con pares, pero también con adultos.

A los miembros del dispositivo de salud se sumó para coordinar la escuelita Martín Chacana, profesor de educación física. “Fue todo muy progresivo. Al principio fue difícil; costó adaptarnos, tanto a mí como a ellos. Es complicado por el tema de los recursos materiales; ya sea de trabajo como por ejemplo un par de zapatillas o ropa adecuada, o el agua, que es un problema enorme. Acá muchas veces no hay agua o no está en condiciones para el consumo”, explicó Chacana, antes de detallar que la escuelita comenzó con 10 o 12 chicos.

Sin embargo, todo empezó a andar sobre ruedas. “Cuando empezó a tomar fuerza lo del club, los chicos se entusiasmaron, y hoy tenemos alrededor de 50 o 60 chicos en la escuelita. Tienen la mejor predisposición para trabajar. Rescato eso y la conducta para adaptarse a lo que hay, a lo que tienen y a lo que se puede”, señaló.

“Para ellos, el deporte tiene mucha importancia. Se desesperan por jugar, por participar de los entrenamientos, de las salidas recreativas y deportivas que realizamos. Les estamos inculcando los valores que conlleva el deporte y los hábitos saludables”, completó Chacana.

Debido al crecimiento del grupo, al “profe” se le hizo difícil poder manejar todo. Por eso, una de sus alumnas (vecina de Los Vázquez), empezó a colaborar en la coordinación de las chicas que participan de los entrenamientos. “Al principio iba a jugar al fútbol, y me empezó a gustar. El ‘profe’ me propuso ayudarlo y acepté. Pero le dije que no entendía nada de fútbol. De a poquito me fue enseñando, y ya sé mucho más”, cuenta Celeste Guerra. “Más o menos hay unas 25 chicas; desde los seis años, hasta 16 o 17 años” detalla quien es, según Morales Perrone, una de las participantes más activas de la comunidad.

Guerra cuenta que el comienzo del proyecto no fue nada sencillo, por tener que luchar contra todos los prejuicios. “Nos vivían discriminando. Decían 'qué van a hacer estos drogadictos, no van a hacer nada, en vez de darle mate cocido a los chicos les van a dar droga'. Nadie quería mandar a sus hijos porque decían que todos los que trabajaban en el club eran adictos. Pero con el paso del tiempo, se dieron cuenta que no era así. Ahora van un montón de chicos y también de grandes”, relata con una sonrisa.

CÓMO ESTILO DE VIDA. El fútbol es una fuente inagotable de energía para los chicos y chicas de Los Vázquez. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. CÓMO ESTILO DE VIDA. El fútbol es una fuente inagotable de energía para los chicos y chicas de Los Vázquez. LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.

El enorme desafío que tiene el presidente del club de fútbol de Los Vázquez 

Víctor es hermano de Celeste, y uno de los “fundadores” del grupo. Luchando contra el flagelo de la droga, no sólo se involucró de lleno en los proyectos, sino que, incluso, puso su casa para que allí se pueda llevar a cabo el taller de costura. Ahora, ese esfuerzo tuvo premio: es el presidente del club.

“Me llegué a involucrar en el proyecto del club bajo la necesidad de tener un espacio para poder trabajar con los chicos en la zona. Tener un club en un barrio tan humilde es buenísimo para toda la gente; trae más posibilidades para los jóvenes, para que puedan salir de las adicciones y enfocarse en algo productivo como lo es el deporte”, reflexionó, antes de hacer alusión a su historia particular. “Involucrarme con el grupo de recuperación me cambió la vida. Yo era un desastre cuando estaba en el consumo de sustancias. No sabía lo que estaba pasando en mi vida, pero cuando me metí en el grupo, me di cuenta lo que es la lucha del día a día. En ese momento pude ponerme al día con cosas de las que antes no sabía nada”, subrayó.

Para Víctor asumir la presidencia es un desafío inmenso; algo que le llenó el corazón y que lo mantiene firme y enfocado. “Me motiva un montón haber asumido la presidencia y trabajar para que los chicos puedan obtener cambios en su vida. Es algo por lo que luchamos día a día, tratando de darle posibilidades a los jóvenes para que puedan participar y ser los protagonistas de todo esto. Hoy me toca a mi estar en este cargo, pero de acá a cuatro años podría haber otro chico como yo que pueda llegar a la presidencia. Eso me encantaría”, remató.

A pura superación, y luchando contra una realidad tan difícil como triste, los vecinos de Los Vázquez ven su sueño materializarse en el nuevo club. Esa parece ser una herramienta, no sólo para combatir los estereotipos y la discriminación, sino también para encontrar un camino favorable, y para dejar atrás los malos hábitos y las adicciones.

Así, en ese barrio marginado y relegado, el club social y deportivo parece haber llegado para cambiar el futuro de los niños y adolescentes, esos que buscan un rumbo para sus vidas.

EQUIPO COMPLETO. El preparador físico Martín Chacana se encarga de la coordinación del fútbol y sonríe junto a los chicos de la escuelita. LA GACETA/ JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. EQUIPO COMPLETO. El preparador físico Martín Chacana se encarga de la coordinación del fútbol y sonríe junto a los chicos de la escuelita. LA GACETA/ JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios