40 años de democracia: reflexiones sobre la Argentina, parte II

40 años de democracia: reflexiones sobre la Argentina, parte II
10 Diciembre 2023

La democracia y sus problemas*

Por Arturo Ponsati

Si abandonamos la concepción mecanicista  de la relación medio-fin, y consideramos que el fin se encuentra en el medio como el árbol en la semilla, y que, en consecuencia, la naturaleza de los fines, advertiremos el carácter inexcusable que reviste el método democrático en el proceso de socialización; toda esa desviación en ese sentido conlleva el peligro de desembocar en un régimen político definitivamente totalitario, en una economía concentracionaria y burocratizada, en un nuevo sistema de estratificación social signado por la injusticia.

*Artículo publicado en 1983.

El camino argentino hacia el neoliberalismo*

Por Tulio Halperin Donghi

Raúl Alfonsín era totalmente consciente de su lealtad hacia el legado social de la revolución peronista. Se esforzó por integrarlo como una dimensión central de una cultura política completamente democrática. En ese intento enfrentó obstáculos económicos que prefirió ignorar hasta que fue demasiado tarde. El resultado fue un devastador brote hiperinflacionario que finalmente convenció a los argentinos de que la sociedad nacida bajo el signo de la breve prosperidad de posguerra estaba muerta y sin la menor esperanza de resurrección. Después de haber consumido todas las reservas del país en el vano esfuerzo por perpetuar la efímera coyuntura de 1945-48, los argentinos fueron finalmente forzados a admitir la derrota.

*Artículo publicado en 2002.

Democratizar la república*

Por Carlos A. Floria

La democracia hoy no es sólo la expresión de un régimen político -con ser esto fundamental-, la respuesta a la cuestión del origen del poder y de su ejercicio -siendo esto indicador de calidad de la política de la sociedad-: es también un sistema filosófico, un orden social, un conjunto de valores que conciernen a todos los dominios de la actividad humana y que tienden a traducirse tanto en la vida de la empresa como en el ejercicio de la justicia, en la transmisión de los conocimientos como en la organización del trabajo. Se caracteriza por una aspiración a la igualdad y una exigencia de universalidad que tienden a reglar las conductas individuales y los comportamientos colectivos.

*Artículo publicado en 1999.

Del pantano se sale con democracia*

Por Félix Luna

‘’Somos un país que ha tenido mucha suerte desde el principio. Se organizó bastante rápidamente; dejó atrás la guerra civil; se insertó en el circuito mundial de la producción del consumo que trajo prosperidad. Tuvimos un hombre como Roca que gobernó bien, por supuesto sin democracia, pero cuidando las formas republicanas. Después aparece Yrigoyen, que le dio un contenido democrático. Es bastante lógico que se esperara que viniera alguien más… Para muchos, ese fue Perón; para otros, no’’.

*Entrevista publicada en 2009.

Sobrevivir Argentina*

Por Abel Posse

La nostalgia de fracaso encuentra hoy un inesperado camino. Ya no se trata de dictaduras trogloditas: ahora recurre a la democracia envilecida, la democracia es para los argentinos sólo una palabra llena de ambiguos prestigios, es más bien un deseo que una realización, su vida depende exclusivamente de la calidad con que la alimentamos. Y en un panorama sin ideas, sin grandeza, donde todo es chisme y furia, poco podemos esperar de ella. Con las democracias bobas (o perversas cuando se establecen para perpetuarse) hemos creado hiperinflaciones récord, hemos vaciado el patrimonio nacional y entregado los negocios argentinos, casi de peor manera que los gobiernos militares, siempre recibidos con considerable entusiasmo popular. Ahora no nos quedan alternativas, o logramos desplazar le ineptitud y la corrupción movilizándonos democráticamente para reinstitucionalizar este país desarticulado o estamos en puerta de la anarquía, cuyo color, como sabemos, es el de la sangre.

*Artículo publicado en 2014.

Consumidores y ciudadanos*

Por Santiago Kovadloff

“El consumidor ha podido más que el ciudadano y, por lo tanto, se ha convertido en un hombre para el cual la democracia es un escenario de ofertas de consumo. Por eso se ha ido debilitando la idea de que la política debe ser sostenida con conducta y no sólo con dinero. De hecho la crisis económica que atravesó el mundo occidental avanzado puso de manifiesto hasta qué punto la ley ha sido olvidada por quienes debían sostenerla para administrar la noción del poder. De modo que la reconstrucción de los partidos en la Argentina me parece indispensable para reencausar programáticamente la acción política. Y en Europa y Estados Unidos, pienso que es preciso recuperar la responsabilidad que permita que la ciudadanía transite del usufructo de los beneficios generados por una sociedad de consumo a la conciencia plena de que la democracia no es un bien de uso”.

*Entrevista publicada en 2017.

El populismo hoy*

Por Natalio Botana

Aún vencido, el populismo sigue amenazando la gobernanza de la democracia, sembrando dudas sobre las reglas de sucesión. Insisto en este concepto cardinal para medir la legitimidad de las democracias: las reglas de la sucesión pacífica de los gobernantes en comicios que no son cuestionados. Si ello es así, la democracia es un régimen que se conserva y perfecciona merced -en palabras de Felipe González- a la aceptabilidad de la derrota. O, según Julio María Sanguinetti, a la ética de la derrota.

Esto es lo que el populismo no admite. Este principio no integra su repertorio de valores. El populismo, vuelvo a subrayar con énfasis, no puede perder. Esta actitud de radical impugnación atraviesa el continente americano de norte a sur. Enlaza, en efecto, en son de advertencia para los demócratas, los Estados Unidos con Brasil o con la Argentina, y es fuente de una intensísima polarización.

*Artículo publicado en 2021.

El loco viaje del Titanic criollo*

Por Jorge Daniel Brahim

Nacido para ser invencible, el peronismo, ese Titanic de la política argentina, encontró su inesperado iceberg el tórrido 30 de octubre de 1983 no en los previsibles y cruentos cuarteles, sino en las inofensivas urnas de madera descascarada que los militares tuvieron incautadas durante casi ocho años.

Cuando a las dos de la mañana la televisión confirmó el triunfo de Alfonsín, recién entonces me levanté de la silla en la que permanecía sentado desde el inicio del escrutinio. La razón del plantón autoimpuesto era la incredulidad por el resultado y la certeza de que los guarismos se revertirían. Esa noche fui testigo privilegiado de dos hechos históricos: la primera derrota del peronismo en elecciones libres y el inicio del mayor período ininterrumpido de democracia.  

*Artículo publicado en 2013.

Pensar el país*

Por Lucía Piossek

En estos primeros años del siglo XXI, en medio de una autohipercrítica nihilizante, la “crisis o pérdida de identidad” tan proclamada ha puesto también el acento en lo que he llamado uso subjetivo de la palabra porque se entiende tal crisis como pérdida de sentimiento de pertenencia, como experiencia dolorosa de falta de motivos de arraigo. Aunque pareciera estar hoy amainando esa actitud de autohipercrítica, creo que es válida la pregunta siguiente: ¿es utópica la pretensión de recuperar unos sanos sentimientos de pertenencia, de confianza, de orgullo recatado, sentimientos fundadores de una identidad personal y colectiva, sin que esta última se convierta en un instrumento de manipulación ideológica? Es evidente que hacerse hoy este planteo va más allá de una curiosidad intelectual. Porque esta cuestión está directamente relacionada con la restitución de un sentido para la acción individual y colectiva.

*Artículo publicado en 2015.

Una inflexión capital*

Por Ernesto Laclau

“El kirchnerismo ha representado una inflexión capital en la tradición política argentina. Viene del peronismo, pero muchas otras tendencias de signo opuesto también proceden de esa matriz -el menemismo, por ejemplo-. Hay dos aspectos del proceso que se abre a partir del 2003 que me parece importante subrayar. El primero es que ha sido una experiencia de corte, a distintos niveles. En el plano económico, ha habido una ruptura de facto con el FMI, empezando por el pago de la deuda contraída con ellos. Además, se ha seguido una política de nacionalizaciones -o mejor dicho de re-nacionalizaciones- que está dando al país el control de su propia riqueza y que es la antípoda de la política seguida en los 90. También ha habido un corte en el aspecto social -piense en la Asignación Universal por Hijo, para citar tan solo un ejemplo-. Y finalmente, ha habido un corte en el campo de los derechos humanos, que ha dejado atrás, más radicalmente que en ningún otro país latinoamericano, el pasado dictatorial”.

*Entrevista publicada en 2014.

Cristina y la Historia*

Camila Perochena

“Creo que ‘a mí me absolvió la historia y a ustedes los va a condenar la historia’ es una frase que condensa varios aspectos del imaginario kirchnerista y del rol que Cristina le da a la historia. En primer lugar, lo que muestra es que para Cristina hay dos fuentes de legitimización de su poder: una es el pueblo y la otra, la historia. Una son los votos y la otra es cómo uno se inscribe en esa historia. Y en esa frase pone en juego algo en lo que insistió a lo largo de su gobierno, que es tratar de mostrar al poder judicial como ilegítimo, asociado a los golpes militares. Y eso no solo lo sostuvo en los discursos, sino que también lo escenificó en el desfile del Bicentenario”.

*Entrevista publicada en 2023.

¿La cultura resiste?*

Por María Sáenz Quesada

“Los argentinos tienen un nivel cultural y de invención que impresiona”, afirmó Alain Tourraine en un reportaje en el que intentaba explicar: “Los argentinos existen, la argentina no” (La Nación, 27-10-2002).

En el riguroso examen al que hemos sido sometidos en el 2002, la cultura sacó buena nota. Desde luego, no la cultura política, cuyas deficiencias son precisamente uno de los motivos de la crisis, pero sí la que se refiere a las expresiones artísticas.

*Artículo publicado en 2002.

La crisis de la educación*

Por Guillermo Jaim Etcheverry

‘’Debemos comprender que no hay salvación individual, ya que la calidad de la vida de cada uno depende de la calidad de quien tiene enfrente. Por eso debemos hacer un esfuerzo para educar mejor a la mayor cantidad de gente posible. Como no vivimos aislados sino junto con los otros, la calidad de esos otros es nuestra propia responsabilidad. Si no aceptamos ese compromiso, el mismo que la Argentina asumió a fines del siglo XIX, nuestro futuro está seriamente amenazado”.

*Entrevista publicada en 2010.

El crepúsculo de un mundo*

Por Arturo Pérez-Reverte

“Contar la tragedia del héroe moderno con teléfonos móviles o con políticos como los de España o Argentina, con la vulgaridad y la incultura, no es interesante. El presente es demasiado vulgar narrativamente. Yo juego el truco de hablar del presente desde el pasado. Porque esto se ha acabado: Argentina nunca va a volver a ser tan buena como hace años atrás, tampoco España. El momento moralmente brillante, intelectualmente potente de Occidente ha terminado: ya no hay Dantes, Virgilios, De Gaulles, García Márquez ni Dostoievskis. Se acabó, estamos viendo el final y mis novelas cuentan ese final; yo soy un novelista que cuenta el crepúsculo de un mundo”.

*Entrevista publicada en 2014.

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