El turf tucumano, y su tarde más gloriosa en el Hipódromo de San Isidro

ASÍ SE REFLEJÓ LA VICTORIA. El triunfo de Robles ocupó la tapa de LA GACETA y las páginas 1 y 8 del suplemento deportivo del 15 de diciembre de 2002.

El jueves se cumplirán 21 años del primer triunfo de un jinete tucumano en el Gran Premio Internacional “Carlos Pellegrini”, la competencia más prestigiosa de Sudamérica

Carlos Chirino
Por Carlos Chirino 10 Diciembre 2023

El sábado se disputará una nueva edición del Gran Premio Internacional “Carlos Pellegrini”, la carrera más prestigiosa de Sudamérica. Y el jueves se cumplirán 21 años de uno de los momentos más gloriosos del turf tucumano. El 14 de diciembre de 2002, el “Jardín de la República” vivió un hecho histórico: por primera vez un jinete nacido en nuestra provincia ganaba la prueba cumbre, ante más de 70.000 personas que habían colmado el hipódromo de San Isidro en Buenos Aires.

“Tucumanazo en el Pellegrini”, titiuló LA GACETA en la tapa de Deportes del domingo 15 de diciembre, reflejando la hazaña conseguida por Pedro Roberto Robles. “Un jockey del Jardín de la República ganó por primera vez el Gran Premio más importante del turf de Sudamérica. Pedro Robles, de 24 años, reemplazó a último momento al lesionado Jorge Valdivieso. Una historia de película”, agregaba la crónica.

El turf tucumano, y su tarde más gloriosa en el Hipódromo de San Isidro

“¡Cómo pasa el tiempo! Es increíble que se estén por cumplir 21 años. Fue una jornada inolvidable. Sin lugar a dudas, la competencia más importante que me tocó ganar. Me acuerdo cada detalle de ese día, como si fuese hoy”, contó el jinete nacido en el barrio Sarmiento, que se encuentra radicado desde 2013 en Santiago de Chile. “Acabo de ganar una carrera en el Club Hípico de Santiago de Chile. Por suerte me va muy bien”, agregó.

“Tocó el cielo con las manos. Pedro Robles entró en la historia grande del turf argentino al conducir a la victoria al caballo Freddy en la prestigiosa carrera, que repartió más de 200.000 pesos en premios”, decía parte de la crónica de la página 1 de nuestro suplemento deportivo. “No lo puedo creer. Me parece estar soñando. Es lo más importante que me pasó en la vida. Ganar un Pellegrini es algo maravilloso. Dios me está brindando muchas alegrías juntas”, le contaba ese 14 de diciembre, vía telefónica, Robles a LA GACETA.

El turf tucumano, y su tarde más gloriosa en el Hipódromo de San Isidro

¿Y porque la victoria parecía tener un guión de Hollywood? Robles estuvo a punto de quedarse afuera del “Pellegrini”. El 6 de diciembre, en la quinta carrera de San Isidro, sufrió una rodada con la yegua Tan Atenta. Recién cinco días después fue habilitado para volver a montar y estaba muy ilusionado porque iba a ser el jinete de Peasant, ejemplar con el que ese mismo año había ganado el Gran Premio “Jockey Club” en San Isidro y el Gran Premio “Polla de Potrillos” en Palermo, aunque venía de ser derrotado por Freddy en el Gran Premio “Nacional”. “El martes a la mañana me llamó Juan Carlos Etchechoury (h), que era el entrenador de Peasant, para decirme que necesitaba hablar conmigo. Después de ir al médico y recibir el alta para competir, me fui a buscarlo en el stud. Me preguntó si me sentía bien para correrlo a Peasant en el Pellegrini y le dije que sí. Me preguntó qué posibilidades había de que no lo corra yo, porque el caballo estaba en tratativas de ventas para el exterior. Y volví a repetirle que me sentía en óptimas condiciones para correrlo. El compromiso de monta estaba firmado por mí y por el entrenador Etchechoury para que yo fuera el jockey. El caballo solamente iba a poder ser montado por otro jinete si yo desistía”, contó Robles.

Un golpe bajo para Pedro Robles

El miércoles 11 volvió a las pistas y arrancó de la mejor forma, porque triunfó con Encerrada. Pero la jornada no iba a terminar de la mejor manera. “Ese día, en el hipódromo de San Isidro, era cada vez más fuerte la versión de que iban a cambiar el jockey de Peasant. Decidí ir a hablar con Etchechoury para saber qué pasaba. Después de charlar con él decidí presentar una carta a la comisión de carreras de San Isidro donde desistí de correrlo. Los dueños me ofrecieron pagar la comisión que me correspondía, pero les dije que no. A mí sólo me interesaba correr. Tenía una ilusión muy grande de correr mi primer Pellegrini”, explicó. Edgardo Gramática había sido elegido para reemplazarlo en la montura de Peasant, algo que había sido considerado injusto por la gente del turf.

La decisión de Francisco Fraguas, dueño del stud “La Frontera” y propietario de Peasant, había golpeado muy fuerte a Robles. “Estaba emocionalmente destruído. Tenía una ilusión muy grande de poder correr por primera vez el Pellegrini y tres días antes recibí esa noticia. La verdad es que no tenías ganas de seguir, pero hubo mucha gente que me dio su apoyo”, reveló el jinete de 45 años desde Chile, donde también ya se dio el gusto de ganar un Grupo I. Fue en 2018 cuando triunfó en el clásico “El Ensayo”, la prueba más prestigiosa del turf trasandino.

Finalmente llegó el 14 de diciembre de 2002 y Robles iba a ver el Pellegrini desde las tribunas de San Isidro. Ese día llegó temprano al hipódromo, ya que en la primera carrera montó a Potentate, con el que llegó segundo. En la sexta carrera, a las 15.40, culminó tercero con Señor Lautaro. “Como recién iba a correr de nuevo en la duodécima prueba, decidí volver a mi casa que estaba cerca del hipódromo. No tenía ganas de quedarme”, señaló “Chilila”.

Valdivieso, accidentado

A las 17.30 regresó al circo hípico para montar una hora más tarde a Blue Jazz en el Gran Premio “Joaquín S. de Anchonera”, con el que llegó en el undécimo lugar. Pero 20 minutos antes de que el tucumano vuelva al circo hípico, Jorge Valdivieso, jockey de Freddy, sufrió un accidente. Luego de culminar noveno con el potrillo Chili y cuando desensillaba, fue pateado por Mirror Yev. De esta manera, el mendocino se quedaba afuera del Grupo I y el favorito Freddy se queba sin jockey. “Estaba vistiéndome cuando Ignacio Pavlovsky, que era el manager del stud La Providencia, me pregunto cómo me sentía para correr el Pellegrini, porque había posibilidades de que monte a Freddy. Le dije que estaba muy bien. Se fue a hablar con el entrenador brasileño José Alves y al rato volvieron junto a uno de los dueños para confirmarme que yo lo correría al caballo. Era un compromiso muy grande, pero estaba capacitado para enfrentarlo”, contó.

Finalmente, Freddy venció a Peasant en el tiempo de 2’23”90/100 para los 2.400 metros de la tradicional prueba disputada en la pista de césped. “Chilila le brindó una conducción brillante a Freddy, que se consagró como el mejor caballo del año al vencer por 3 1/2 cuerpos a Peasant. Robles disfrutó de su primer triunfo en un Pellegrini y se tomó un desquite íntimo, porque durante la semana el propietario de Peasant había decidido bajarlo para poner en su lugar a Edgardo Gramática”, dice la nota publicada el 15 de diciembre de 2002 en la página 8 de Deportes de LA GACETA. “Para mí no fue una revancha esta carrera. Si no me tocaba montar ningún caballo, desde la tribuna iba a ser hincha de Peasant. Creo que se equivocaron. o había rodado el viernes 6 de diciembre, pero ya estaba en excelente condiciones para correr. Si no me hubiera sentido bien, no habría corrido. No sería capaz de arruinar el trabajo del peón nin del cuidador por querer correr un clásico. Los dueños de Peasant actuaron mal conmigo”, dijo Robles hace 21 años atrás.

“Chilila” sabe que el “Pellegrini” lo marcó para siempre. “Es la carrera más importante de Sudamérica. En Chile siempre destacan que yo gané el Pellegrini. Ellos saben muy bien lo difícil que es poder ganar este Gran Premio. Ningún caballo chileno pudo ganarlo. La que más cerca estuvo de conseguirlo fue la yegua Crystal House, que en 1999 llegó tercera a solamente la cabeza de Asidero”, contó.

El turf tucumano, y su tarde más gloriosa en el Hipódromo de San Isidro

“Ese triunfo no lo olvidaré nunca. Es una carrera que me marcó para siempre. Desde chico soñaba con correr el Pellegrini. ¡Imaginete lo que significa haberlo ganado! Fue algo impresionante y me siento orgulloso y feliz de haberlo conseguido”, concluyó Robles, que escribió una de las páginas más gloriosas del turf tucumano.

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