15 Diciembre 2023
POR EL SUR. Decenas de tanques israelíes entraron a la Franja de Gaza. reuters (archivo)
TEL AVIV, Israel.- La pendiente por la que cae el apoyo internacional a Israel en su campaña sobre Gaza es cada vez más pronunciada, pero el aislamiento diplomática por el ataque sobre el territorio palestino y la muerte de civiles, no hace mella en la determinación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“Continuaremos hasta el final, hasta la victoria, hasta que Hamas sea aniquilado. Nada nos detendrá”, expresó, durante una visita a los comandantes de las Fuerzas de Defensa de Israel. “Esta guerra va a ser dura. Pero reconozco, y seguramente ustedes también lo ven en su documentación, el comienzo de una ruptura en Hamas. Veo que se empieza a entender que estamos decididos a continuar hasta el final y a destruir esta entidad”, declaró el primer ministro.
El discurso decidido de Netanyahu no quita que el creciente número de víctimas civiles y el deterioro de la situación humanitaria estén haciendo flaquear el apoyo global a Israel.
El miércoles, las Naciones Unidas (ONU) exigió por abrumadora mayoría, un alto el fuego humanitario inmediato. Además, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que los bombardeos “indiscriminados” de Israel contra civiles le están quitando el fuerte apoyo que tuvo luego del ataque de Hamas, el 7 de octubre, en el que mataron a 1.200 personas en Israel y tomaron a unos 240 rehenes de una fiesta electrónica y de distintos kibbutz.
Las agencias de ayuda de la ONU vienen pidiendo un alto el fuego hace semanas, pero saben que el llamado de la Asamblea General es una medida simbólica y no vinculante, y que es poco probable que cambie algo.
Los medios de comunicación estadounidenses informan de que, recientemente, Israel ha comenzado a bombear agua del mar en el vasto laberinto de túneles subterráneos de Hamas en Gaza, en una operación que, probablemente, durará semanas. Mientras, crece la preocupación por la posibilidad de que algunos de los rehenes que permanecen en poder de Hamas, puedan estar retenidos bajo tierra.
Las lluvias torrenciales y las inundaciones en los campamentos de desplazados han agravado lo que ya es un “infierno en la tierra” para los civiles palestinos.
Pasados dos meses de su inicio, la actual guerra en Gaza, la más sangrienta de la historia para los palestinos, se recrudece, y obliga a los sobrevivientes a enfrentar bombardeos, las privaciones de alimentos y bienes de primera necesidad, y las enfermedades.
Antes de la votación, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, le dijo a la Asamblea: “Cualquier alto el fuego en este momento sería temporal en el mejor de los casos y peligroso en el peor; peligroso para los israelíes, que estarían sujetos a ataques implacables, y también peligroso para los palestinos, que merecen la oportunidad de construir un futuro mejor, libres de Hamas”. Reino Unido, Alemania, Italia, Países Bajos y Ucrania estuvieron entre los 23 miembros que se abstuvieron.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas, aseguró que más de 50.000 personas han resultado heridas desde que comenzó la ofensiva israelí, y más de 18.400 han muerto.
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