ESPIRITUALIDAD
SER YO
RUPERT SPIRA
(Gaia – Buenos Aires)
Rupert Spira, maestro espiritual y filósofo, nacido en Inglaterra, es uno de los más prestigiosos expositores de la filosofía “Advaita Vedanta”, originada en la India, que tanto atrae a los estudiosos europeos y norteamericanos. Su enseñanza se caracteriza por distinguir entre nuestro ser esencial y las experiencias por las que atravesamos -la felicidad, la angustia, la alegría, etc.- que la mente nos hace creer que nos constituyen: aunque son completamente ajenas a nuestra esencia, sin embargo en ocasiones velan nuestra “chispa divina”. Que es lo único real según esta cosmovisión.
Desde muy joven Spira aprendió a meditar y comenzó un período de estudio y práctica del “advaita vedanta”. Profundizó en las enseñanzas de Ouspensky, Krishnamurti, Nisargadatta Maharaj, Ramana Maharshi y Robert Adams, hasta que finalmente conoció a su maestro –Francis Lucille- quien lo introdujo en la tradición tántrica del shivaísmo de Cachemira.
Desde el punto de vista literario se distingue por la elegancia y precisión de sus afirmaciones, algunas de las cuales resultan verdaderamente elocuentes para definir su concepción filosófica, antropológica y existencial: “Las experiencias -afirma- al igual que las películas, van y vienen. Sin embargo, nuestro yo esencial nunca aparece ni desaparece. Es inmutable y está enteramente presente. Es el único factor constante en todas las experiencias cambiantes”.
Refiere también que la esencia de algo es aquello que no se puede separar de ella. “Ningún pensamiento, imagen mental, sentimiento, percepción, actividad o relación es esencial en nosotros, del mismo modo que ninguna película es parte integral de la pantalla en la que aparece”.
Se trata de una visión notablemente auspiciosa para estos tiempos convulsionados que nos toca atravesar, en la medida en que reivindica la unión y el abrazo del otro como parte de uno mismo, la unidad profunda en la aparente diversidad.
Para decirlo en términos argentinos, su saber equivale a una superación de toda grieta. “Ser yo” es un “ser vos, ser todos”.
© LA GACETA - Fernando Sánchez Sorondo.