La historia de Pippa Bacca

La mujer que encontró la muerte mientras promovía la paz.

17 Diciembre 2023

CRÓNICA

EL VESTIDO BLANCO

NATHALIE LÉGER

(Chai Editora - Buenos Aires)

En Italia la noticia duró lo que la luz de un fósforo, o poco más. Se perdió en el fárrago de las misceláneas periodísticas y a lo sumo rozó una consabida y efímera consternación: en el intento de dejar un original y rotundo mensaje de pacifismo, una joven artista peninsular se propuso llegar a Jerusalén vestida de novia. Así salió a recorrer kilómetros y kilómetros y así encontró la muerte en Turquía. En un matorral en las afueras de Estambul.

El suceso causó una singular emoción en Nathalie Léger, la notoria ensayista y editora francesa que se abocó a una minuciosa investigación que incluyó a los familiares más cercanos de la desdichada artista milanesa, Pippa Bacca.

Pero no resultó, ni de lejos, una mera recopilación de datos y testimonios. Qué va.

En la intensa travesía que unió una repentina inquietud con el texto propiamente dicho, la autora se interroga acerca de la naturaleza del vínculo con su madre, de las imprecisas fronteras de las acciones correctas y eficaces en entredicho con aquellas cuyo valor reside en lo irreductible de un enunciado ético.

Se pregunta, Léger, por diferentes secuencias reflexivas, si es justo machacar sobre la presunta inocencia de Pippa, sobre el disvalor de su credulidad, en fin, sobre el consabido riesgo que implicaba poner en juego su vida a cambio de la fallida recompensa de certificar la vigencia de la bondad humana.

Así describe la autora el momento bautismal de la cruzada de Pippa Bacca: “El 8 de marzo de 2008 llegó la hora de partir. Muchos familiares y amigos fueron a la Casa dei Morigi, donde organiza una gran fiesta y un primer lavado de pies. En medio de la confusión y la alegría, un melancólico acordeón acompaña la improbable ceremonia de una novia que parte a la aventura bajo un cielo gris para salvar el mundo”.

Y así, en aras de una hipotética síntesis capaz de abrazar la quintaesencia de un libro igual de doloroso que hermoso, Léger deja en letras de molde el testimonio de su propósito: “... estoy rastreando a una mujer que quiso traer la paz al mundo con su sola presencia, vestida de novia, y que no es momento de hacerme protagonizar una tragedia barata donde hago de vengadora”.

Podría deducirse, por qué no, que en la sublime humildad de la malograda artista italiana, la ensayista francesa espeja su propia inmensa pequeñez, cara a cara con la brutalidad, con el sino cruel del mundo, de los hombres.

El vestido blanco es, al cabo, un libro que en el corazón del tributo a la protagonista de la historia dialoga con inevitables interrogantes que atañen a la condición humana. En ese plan Léger realiza una ofrenda magistral y al tiempo con la llana simplicidad de quien cavila mientras barre una vereda.

© LA GACETA - Walter Vargas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios