Los que siempre ganan las guerras. Siempre

18 Diciembre 2023

Carlos Duguech - Columnista invitado

Cuando escribíamos esta columna, con la guerra como noticia diaria en todos los medios del mundo, no podíamos dejar de referirnos ni a “Rusia-Ucrania” ni a “Israel-Hamas”. Sea que escribamos sobre la paz, el armamentismo, el desarme o el futuro de la civilización.

Rol de primera potencia

Los ex presidentes Eisenhower y Obama tienen en común haberse salido del libreto tradicional que imponía rigurosa reserva sobre ciertos asuntos estratégicos de la política militar de los EEUU.

El general Dwigt Eisenhower en su vasta carrera militar había participado de las dos guerras mundiales del Siglo XX. La  Primera Guerra Mundial (IGM) fue la antesala de lo que casi cuatro décadas después lo tuvo como protagonista relevante en la Segunda Guerra Mundial (IIGM). Esta vez con participación en el diseño y preparación de un famoso desembarco: Normandía. Precisamente enfocaremos en la personalidad del general cinco estrellas, presidente republicano de los EEUU durante 8 años (1953-1961). En su discurso de despedida (17.01.61) acuñó una definición que bien pudiera configurarse como expresión de un atento pacifismo: “Complejo militar-industrial”

Sin embargo, provenía de un veterano de dos guerras y presidente por dos períodos de una primera potencia. Con semejantes antecedentes de relevancia, sus palabras eran una alerta. Tanto para los que adhieren a la teoría del militar prusiano Carl von Clausewitz  (1780-1831) que se animó a pontificar en su libro “De la guerra” en 1832 : “La guerra es la continuidad de la diplomacia por otros medios”. Y como para quienes procuran el desarme -y acuerdos entre países- como recursos para reducir las escaladas bélicas y sus consecuencias.

Esenhower, al acuñar la expresión “Complejo militar-industrial”, la dejó instituida. A partir de entonces dicho complejo sería el eje de las críticas de casi todo el mundo, que ya había padecido dos conflagraciones que marcaron al siglo XX como el siglo de las guerras y de la perversidad de la raza humana en armas. Lo de “Complejo militar-industrial” fue un hallazgo, una singular síntesis incluida en su discurso de despedida.

No lo decía ni Luther King ni Mahatma Gandhi. Lo decía un conspicuo veterano con un dejo de confesión íntima y consciente. Pontificaba en la despedida: “Debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, tanto solicitada como no solicitada, del complejo militar industrial”, Preocupado por la enorme injerencia que tomaba ese complejo, advertía respecto del avance sobre los presupuestos de la nación. Insistía en que lo era en detrimento de su capacidad para afrontar las exigencias de la sociedad civil. Denunciaba que con ello se estaba privilegiando afrontar las hipótesis de conflicto, esa antesala de las guerras. Guerras pre-programadas y anunciadas en esas “hipótesis”, (el “marketing de la guerra). Cuánta razón había en las advertencias de Eisenhower. No se podrá negar hoy, a la luz de las transacciones del complejo militar-industrial, que las guerras son “el mercado” indispensable para esas producciones gigantescas que deben “colocarse”, para completar el perverso circuito producción-distribución-consumo de armamento, (ni más ni menos)

- Y si no hay guerras, ¿qué?

- Quiebra del “complejo militar-industrial”.

Como citamos a Obama al lado de Eisenhower vale traer a la memoria lo que este inesperado presidente demócrata se animó a decir en su discurso en Praga el 04.04.2009, apenas a 75 días de asumir la presidencia de EEUU. Nunca ningún presidente de EEUU se animó a expresar algo parecido. “Como la única potencia nuclear que ha utilizado el arma nuclear, Estados Unidos tiene la responsabilidad moral de actuar”. Y agregó: “Hoy afirmo, claramente y con convicción, el objetivo de mi país de buscar un mundo sin armas nucleares”. Sólo por eso, el Nobel de la Paz.

Ya en la universidad de El Cairo (04.05.2019) Obama decía: “Nos hallamos en un momento de tensión entre EEUU y los musulmanes de todo el mundo. Una tensión que hunde sus raíces en fuerzas históricas que van más allá del debate político actual”…“He venido hasta aquí para buscar una nueva relación entre EEUU y los musulmanes de todo el mundo que esté basado en el interés mutuo y el mutuo respeto que está fundado en la verdad de que América y el Islam no se excluyen y no necesitan estar en competición. En cambio coinciden y comparten principios comunes de justicia, progreso, tolerancia y dignidad de las personas”. Obama saludó en árabe ofreciendo la paz: “assalaamu alaykum” (La paz esté con ustedes)

Haz lo que yo digo…            

La realidad fáctica erosiona y destruye, una a una, las ideas, las propuestas y los programas que sugieren los que se arriesgan a proponer reestructuraciones tales como las citadas por Eisenhower y Obama. No todos pudieron llevar su  “Perestroika” -como lo hizo Gorbachov- al terreno de las realizaciones. Hablar en la ex URSS de “reestructuración” (perestroika) y “transparencia” (glasnot) y emprender esas ideas era de alto riesgo al que se animó el líder que creó las condiciones, entre otras,  para el abatimiento, sin un solo tiro, del Muro de Berlín.

En conclusión: ya sabemos que siempre ganan las guerras los que, tras bambalinas, proveen de todo para las guerras, ese “mercado perverso”

Casi podría decirse que el objetivo de la FDI (Fuerza de Defensa Israelí) en Gaza es casi matemático: está ordenado por un algoritmo sin espíritu, sin humanidad. Suponemos diseñado por IA (Inteligencia Artificial) que prescribe que para aniquilar a los terroristas de las Brigadas de Ezzedin al-Qassam es necesario matar a todos los gazatíes donde quiera se encuentren: en sus casas, en sus escuelas, en los hospitales o en la calle deambulando en búsqueda de un lugar seguro contra los bombardeos. Incluidos, por cierto, los que hacen de “escudos humanos” porque, a su modo,  “participan de la guerra”. No importa si son niños o sus madres, o sus hermanos mayores o sus padres que no pertenecen a las brigadas. Ya se acerca la cifra de muertos por Israel a 19.000. Pareciera que todavía “hay mucho por hacer” en esta cacería por las FDI. Netanyahu, alentado (o presionado) por la opinión pública, de su país e internacional y, particularmente, por los familiares de los rehenes en Gaza, prometió “seguir luchando hasta  el final en nombre de los caídos y para asegurar nuestras vidas aquí y en la Tierra de Israel”. Que Israel haya reconocido que mató a tiros a tres rehenes “por error”, jóvenes israelíes que mostraban bandera blanca, pone de relieve aquello de los miles de palestinos muertos “por error”, también. En realidad, por despiadados bombardeos y tiros a núcleos poblados entre los que suponen, sólo suponen, se hallaban terroristas entre niños, mujeres y gazatíes no combatientes. En suma, un irrefutable crimen de guerra, de lesa humanidad.

Ucrania y la OTAN

Si llegase a prosperar -hay rumores- la suicida decisión de que finalmente Ucrania forme parte de la alianza defensiva del Atlántico Norte, se pondrá en movimiento lo prescripto en el artículo quinto del sistema de la Carta de la OTAN. En ella se establece que si un país miembro es atacado, los 31 países miembros de la OTAN acudirán con sus ejércitos de tierra, mar y aire en defensa de, Ucrania.

La Tercera Guerra Mundial,  en puerta.

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