¿A este chico hay que llevarlo de a poco? Tiene 17 años Claudio Echeverri, y anoche debutó como titular en la primera de River; nada más y nada menos que en una final.
El gran Mundial que hizo “Diablito” en Indonesia casi que obligó a Demichelis a ponerlo en el equipo y el pibe cumplió. Al minuto de juego, una volea suya pasó cerquita del ángulo izquierdo de Broun. Los hinchas, que habían quedado con las palmas rojas de tanto aplaudirlo cuando la voz del estadio lo había nombrado como titular, otra vez debieron “romperse las manos”. También lo hicieron cuando gambeteó entre dos y recibió una dura infracción de Malcorra.
Es verdad que el contexto -sobre todo los compañeros que lo rodearon- ayudaron, pero a Echeverri no le pesó su debut desde inicio.
Se combinó varias veces con De La Cruz y Barco, apareció siempre flotando en tres cuarto de cancha casi como enganche, y hasta se animó a probar desde lejos cuando Quintana y Mallo formaban un frontón en la puerta del área. Dos o tres veces obligó a Broun a revolcarse. En cada intervención suya la platea se ponía de pie, como sospechando o esperando que suceda algo extraordinario.
Salió reemplazado por Ignacio Fernández a los 16 del complemento y otra vez todos los riverplatenses se pusieron de pie para despedirlo con aplausos.
Quizás por el miedo que Barcelona pague la cláusula “millonaria”, o tal vez por el lógico cariño hacia un jugador surgido de las inferiores; pero lo cierto es que anoche Claudio fue el niño mimado de la noche. Con sus jóvenes 17 años, empezó a demostrar algo de su potencial. Sin embargo, luego de la coronación también tuvo tiempo, así como destruyó la “muralla” de Rosario Central, de romperle el corazón a los suyos. “No voy a renovar con River. Me quedaré siete meses o un año más”, sentenció “Diablito”, que tiene contrato con el “millonario” hasta diciembre de 2024.
¿Y ahora? ¿Qué hará la CD de River? ¿Intentará venderlo cuanto antes o adoptará la postura de separarlo del plantel como en algún momento sucedió con Fabrizio Angileri o con Benjamín Rollheiser? Esa será la disyuntiva, luego de la “bomba” del juvenil.