Sin las Olimpiadas Intervillas, no hay vacaciones perfectas

Tres protagonistas de los juegos contaron las sensaciones que cosechan de participar a lo largo de los años.

ORGULLOSAS. Lucia y “Anita” Terán junto a “Mecha” Cossio, tres referentes de Tafí posaron sonrientes tras la finalización del intervillas. LA GACETA/Foto de Daniel Alfredo Coronel. ORGULLOSAS. Lucia y “Anita” Terán junto a “Mecha” Cossio, tres referentes de Tafí posaron sonrientes tras la finalización del intervillas. LA GACETA/Foto de Daniel Alfredo Coronel.

Son 50 años de competencia, compañerismo y diversión. Los Intervillas son un clásico de cada verano en Tafí del Valle, allí donde las temperaturas permiten poder disfrutar de un fin de semana a puro deporte durante todo el día. Los 18 grados en promedio del domingo tafinisto acompañaron el cierre de una nueva edición de este tradicional evento, que enfrenta a varias villas veraniegas de nuestra provincia.

“Para mí olimpíadas es sinónimo de Tafí. Desde muy chica siempre estuve muy cerca de este evento; siempre se vivió dentro de la competencia sana. Eso es muy bueno porque vienen muchos amigos de otras villas y la verdad que es un fin de semana hermoso; cuando termina quedás con una sensación de tristeza, porque te das cuenta de que tenés que esperar un año más”, le confió a LA GACETA “Mecha” Cossio, que se quedó con la copa en tenis de doble damas.

A decir verdad, “Mecha” es una de las referentes que tiene Tafí A y que se ha quedado ya con varios lauros a lo largo de estos 50 años de intervillas. “Venir a compartir aquí es volver a sentir el gustito de la infancia, la adolescencia y la juventud durante cada verano”, responde con añoranzas Cossio.

Como “Mecha” hay decenas de competidores que se destacaron a lo largo de estos años en la competencia tafinista, por caso, las hermanas Lucía y Anita Terán dan fe de que se criaron prácticamente en este predio. “Es un legado que recibimos de nuestros padres y lo transmitimos a nuestros hijos; nosotros venimos a ser el nexo. Vi en estos días una foto de mi mamá en LA GACETA compitiendo y fue muy lindo recordar esos momentos, más sabiendo que había salido campeona. Nosotros ahora no pudimos, pero en vóley debo haber ganado como 15 o 20 veces, también en fútbol, tenis, pádel. Esto es parte de un legado deportivo y de amistad”, respondió Lucía.

PREMIADAS. Soledad López y Paz Zavaleta recibieron las medallas en vóley. LA GACETA/Foto de Daniel Alfredo Coronel. PREMIADAS. Soledad López y Paz Zavaleta recibieron las medallas en vóley. LA GACETA/Foto de Daniel Alfredo Coronel.

Obligación participar de las Olimpiadas Intervillas

Anita, por su parte, aclara que para ella no hay vacaciones de verano si no participa en los intervillas. “Para nosotros el cierre del verano es en Tafí y en las olimpíadas. Me acuerdo de haber planeado vacaciones, sobre todo cuando era más chica y decía sí o sí tengo que estar para competir y compartir”. Explicó que durante muchos años estuvo a cargo de la organización de los intervillas.

El trío de “mujeres que están llegando a la adultez”, como se definen ellas, ha participado por más de 30 años de estas olimpíadas. “Solo no participamos cuando estábamos a punto de parir”, bromean, pero también destacan la cordialidad que siempre encontraron en el Club Tafí del Valle.  

“El club es hecho a pulmón y con el tiempo fue creciendo a la par nuestra; dentro de los clubes de las villas veraniegas es el mejor, y no lo digo porque formo parte: olimpíadas es igual a CTV”, aclara “Mecha”, que durante el año juega en torneos nacionales de veteranas de tenis, lo que la ayuda a estar en ritmo para cuando llega febrero.

FELICES. “Mecha” Cossio, Marcela de Zavalia, “Pato” Casanova y Valentina Bujazha. LA GACETA/ Foto de Daniel Alfredo Coronel. FELICES. “Mecha” Cossio, Marcela de Zavalia, “Pato” Casanova y Valentina Bujazha. LA GACETA/ Foto de Daniel Alfredo Coronel.

Un regalo de la vida en Tafí del Valle

Las hermanas Terán. por su parte, crecieron junto con las olimpíadas y las hijas de Lucía ya han comenzado a participar de este evento, por lo que es común que madre e hija compartan cancha, ya sea como compañeras o rivales. “La vida me regaló poder jugar a mis 53 años con mi hija que ahora tiene 21. Nos tocó enfrentarnos también; ganó la madre, por supuesto”, confesó entre risas.

Con el paso de los años Tafí del Valle fue cambiando su fisonomía, cambió las calles ripiosas por el pavimento y la tecnología se hace cada vez más presente (aunque todavía hay inconvenientes con la red de celulares).

“Ahora no es igual al de antes, antes nosotros veníamos al club en caballo, era un punto de encuentro. Nos reuníamos y salíamos de cabalgata. Ahora todo esto cambió, pero el CTV sigue manteniendo esa esencia del Tafí de hace años; aquí nos encontramos con personas de otras villas que no vemos durante todo el año y eso genera un lazo de unión muy fuerte”, finalizó Cossio.

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