La aceleración de contagios de dengue

06 Febrero 2024

Del estado de alerta amarilla por el temor a enfermedades tropicales de diciembre hemos pasado a la severa inquietud que genera el dengue, ya asumido como endémico en nuestro medio. Tras el deceso de un joven de Tafí Viejo, la semana pasada, y el informe consolidado de sala de situación de ayer que da cuenta de 361 contagios en lo que va del año –contra los 27 casos que hubo en enero del año pasado- los expertos ya advierten que tendremos que convivir con este mal.

Había datos que hacían prever este escenario. Hubo epidemias en 2009, en 2016, en 2020 y en 2023. El año pasado, con un total de 39.660 casos confirmados y nueve muertos, fue el de pero incidencia de la enfermedad. No cesó ni siquiera en invierno, que es cuando se supone que deja de actuar el mosquito transmisor, Aedes aegypti, y se dieron las conjunciones de distintos serotipos de dengue, es decir que se volvió cada vez más virulento.

Las explicaciones de lo que ha sucedido van desde el cambio climático que genera un ambiente con temperaturas más elevadas e inviernos menos fríos hasta la presión epidemiológica de estar rodeados de países en los cuales el dengue es endémico: Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia. A fin de año, el decano de Medicina había dicho que “hemos pasado de tener brotes esporádicos de dengue a lo que en medicina se llama una enfermedad endemoepidérmica: esto quiere decir que está presente todo el año; hay unos cuantos casos y de pronto se producen los picos”. Y lo vinculó con el deterioro del clima. Hasta fines de enero, las autoridades hacían notar que la mayoría de los casos reportados era de personas que habían viajado a zonas donde hay mucha circulación del virus y habían regresado infectadas a Tucumán.

Por otro lado, está el desorden ambiental. No somos una provincia limpia ni ordenada. Y ese es el mejor escenario para que se críe el mosquito. No hay hábito de descacharrar, hay basurales y focos de agua estancada. Las autoridades tienen una estrategia de bloqueo que consiste en entrega de repelentes, limpieza de basurales y fumigación en el área donde hay pacientes infectados. Aconsejan también realizar consulta precoz e insisten con la estrategia de que cada vecino revise una vez por semana en su casa que no haya cacharros y objetos donde se instalen crías del mosquito.

Es cierto que ya hay disponibilidad de la vacuna contra el dengue, aunque su impacto sanitario por ahora es limitado ya no que no está dentro del calendario oficial. Unos 8.000 tucumanos se inmunizaron con al menos una dosis de la vacuna, que tiene un costo relativamente alto. Es decir que hasta que no haya novedades en este aspecto, hay que considerar que son muchos los tucumanos que sufrieron los síntomas de esta enfermedad conocida como fiebre quebrantahuesos y que el riesgo es mayor por la conjunción de serotipos, lo cual puede determinar el peor final. Por ello, la prevención y la limpieza deberían ser lo más importante frente al dengue, ya que la posibilidad de que haya una nueva epidemia genera temor y preocupación.

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