El miedo a perder fue el gran ganador en el José Fierro

Atlético y Argentinos igualaron 0-0 y aburrieron a todos en el cierre de la fecha

AGUANTÓ TODAS. Marcelo Estigarribia pelea con Tobias Palacio, el delantero decano tuvo un partido sacrificado pero no pudo anotarse en el marcador. AGUANTÓ TODAS. Marcelo Estigarribia pelea con Tobias Palacio, el delantero "decano" tuvo un partido sacrificado pero no pudo anotarse en el marcador. LA GACETA / DIEGO ARAOZ

“Es imposible jugar así y querer mejorar cuando el fútbol va evolucionando y nosotros hacemos tiempo. Creo que tenemos que dar el ejemplo, se empieza por eso. Hay que ser correctos con los colegas, no hacer tiempo”, lo dijo Juan Fernando Quintero hace unos días, pero lo podría haber dicho cualquiera de los futbolistas, hinchas o televidentes que anoche siguieron el 0-0 entre Atlético y Argentinos.

¡Por Dios, es insoportable! Nadie se sale del libreto, no hay sorpresas. En cada saque de arco se pierde entre 60 y 90 segundos, se discute cada decisión, se simulan faltan, piden asistencia médica y así...

Anoche el partido estaba igualado en el primer tiempo y los dos arqueros tenían su propio ritual para poner la pelota en juego. Que sacás vos, que saco yo. Que la juego larga. En fin, fecha a fecha, la Copa de la Liga nos entrega varios partidos que podrían funcionar tranquilamente como somnífero para el televidente.

Y claro, ante tanto miedo a perder, las situaciones aparecen a cuenta gotas. Los primeros 15 segundos del partido fueron apenas un espejismo. El “bicho” sacó del medio, Galván la perdió con Marcelo Estigarribia y Joaquín Pereyra probó desde afuera. El “uuuuhhh” generalizado entusiasmó a los hinchas, pero hasta ahí nomas.

Recién a los 44’ del primer tiempo llegó la mejor jugada colectiva del “decano”. Entre Mateo Coronel y Pereyra armaron el avance por derecha, para que Matías Orihuela -por la otra banda- remate al arco. Allí se encontró con una buena respuesta de “Ruso” Rodríguez. Todos se pusieron de pie en el Monumental y aplaudieron. Una. Una jugada de peligro, la que a la postre, sería la única o mejor del partido para el local.

Cuando Jorge Baliño marcó el final, hubo un abucheo generalizado y las tribunas hablaron: “la camiseta del ‘deca’, se tiene que transpirar...” se cantó desde los cuatro sectores. El “decano” se acordó muy tarde de atacar, cuando la tribuna empezó a contagiar esas ganas de ver al equipo yendo hacia adelante. Pero el camino ya venía torcido, con los cambios el equipo se fue desarmando y abusó del pelotazo para Nicolás Servetto y Francisco Bonfiglio (ambos debutantes) pero al menos fue hacia adelante.

Carlos Bilardo una vez dijo que el mejor resultado es un 0-0 sin chances de gol, porque nadie se equivocó. Bajo ese punto de vista, el 0-0 entre el “decano” y el “bicho” cumplió con la máxima bilardista, pero qué aburrido se hace el show, cuando nadie se anima a arriesgar.

“Entiendo que vivimos en una sociedad que quiere todo ya. Una victoria genera mayor tranquilidad, pero tenemos que entender que esto empezó hace 10 días y tuvimos ya tres partidos, esto es así, mientras se va jugando se va trabajando”, remarcó Favio Orsi en conferencia, las palabras del entrenador encajan perfecto en el momento  del equipo, o al menos con lo que se vio sobre el final del juego, un equipo desesperado que fue hacia adelante sólo por inercia.

Pero durante 70 minutos el partido pareció un capitulo de Los Simpsons, solo faltaba el popular relato de Kent Brockman: “y la retiene, la retiene...”. Ojalá que el fútbol argentino vuelva a lo que supo ser, los hinchas estarán agradecidos. 

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