Oficializan la primera cooperativa de presos de Tucumán

El grupo se formó en 2019, está integrado por 20 internos del penal de Concepción y realizan tareas de construcción, artesanía y gastronomía.

ACTO. Seis miembros de la cooperativa asistieron a la entrega de la matrícula junto a la jueza Alicia Merched. la gaceta / foto de osvaldo ripoll ACTO. Seis miembros de la cooperativa asistieron a la entrega de la matrícula junto a la jueza Alicia Merched. la gaceta / foto de osvaldo ripoll
17 Marzo 2024

Por primera vez en Tucumán, el Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual (IPACyM), matriculó a una cooperativa creada por personas privadas de la libertad. Se trata de internos alojados en el Centro Penitenciario de Concepción quienes desarrollan tareas de construcción, artesanía y gastronomía desde 2019. El jueves, luego de varios años de trabajo y capacitación, recibieron su matrícula oficial otorgada por el Gobierno de la Provincia.

La iniciativa fue impulsada por la jueza de Ejecución de dicha ciudad, Alicia Merched, que al asumir su cargo en 2017 conoció a los internos de la Unidad 3, vio el potencial que tenían y los incentivó a que continuaran trabajando y aprendiendo distintos oficios. “Veía que eran habilidosos para muchas cosas, como herrería, albañilería, plomería; incluso había gente que arreglaba cloacas y eso no es fácil de conseguir dentro del penal. Ellos lo hacían de forma gratuita, nada más por ayudar y tener el tiempo ocupado”, le contó la magistrada a LA GACETA.

La cooperativa está conformada por aproximadamente 20 hombres que se encuentran cumpliendo desde condenas mínimas hasta perpetuas. Si tienen buena conducta y están encuadrados con los beneficios acordes a las fases progresivas de las condenas, pueden salir acompañados de la custodia correspondiente del penal a realizar los trabajos. “Es una forma de darles trabajo, un medio de vida legal y lícito y que les sirve para ayudar a sus familias”, manifestó Merched.

Quienes todavía no cumplen con los requisitos para salir del Centro Penitenciario pueden trabajar en cualquiera de los talleres que se desarrollan dentro del penal, ya sea en el de plomería, metalurgia, mecánica, zapatería, albañilería, o en la huerta.

“Nos pasó que el presidente de la cooperativa no estaba encuadrado cuando comenzamos con el proyecto pero era el que más sabía, entonces él le enseñaba a los otros desde adentro. Ahora que ya está encuadrado puede salir”.

Primeros pasos

Merched comenzó a publicitar por Facebook los productos de herrería y de carpintería que fabricaban los internos y obtuvo una respuesta favorable por parte de los usuarios.

Tiempo después, los propios reos ofertaron sus producciones en una panadería ubicada en la esquina de la cárcel. Los vecinos difundieron sus trabajos y empezaron a encargarles desde artesanías hasta mesas y sillas para bares.

En 2019 y 2020 un grupo de seis presos pidieron permiso en el Juzgado de Ejecución para ir dos veces por semana al Hogar de Ancianos de Concepción a realizar trabajos “porque el lugar se estaba viniendo abajo”. Allí arreglaron parte de la instalación eléctrica, los techos del establecimiento y hasta algunas sillas de ruedas. “Cuando vi todo lo que hicieron pensé que esto no debía ser desperdiciado”, dijo la jueza.

TRABAJO. Entre las actividades desarrolladas, los internos realizaron arreglos en la instalación eléctrica de la Unidad de Mujeres. TRABAJO. Entre las actividades desarrolladas, los internos realizaron arreglos en la instalación eléctrica de la Unidad de Mujeres.

Fue así que ofreció el mismo servicio en el Hogar de Ancianos de Aguilares y los miembros de la cooperativa trabajaron allí hasta que el hogar se disolvió. “En 2022 y 2023 los llevé a trabajar a la Granja de Santa Mónica, que es donde se encuentran los chicos con problemas de adicción. Ahí arreglaron los techos, cambiaron las telas mosquiteras, partes de las mamposterías de las cocinas e hicieron techos para garaje”, contó Merched.

Mientras tanto, los miembros que no pueden salir del penal, además de trabajar en los talleres, se encargan de un restaurante que armaron dentro del Centro Penitenciario con donaciones. “Hacen todo tipo de comidas y se las venden al precio mínimo a las visitas de los otros internos así no tienen necesidad de estar llevando comida que pase por la requisa, obviamente si ellos quieren la compran. Con la plata de la cooperativa le pagan un porcentaje al Servicio Penitenciario por la luz y el gas y también la usaron para comprar cosas nuevas para la cocina”, explicó la funcionaria.

Proyecto

En 2020, con la pandemia, aprovecharon el auge de los cursos virtuales, se perfeccionaron en distintos oficios y ahora dentro del grupo hay electricistas, herreros, plomeros, gasistas, durleros, albañiles y un encargado en hacer placas anti humedad.

A mediados de ese año Merched les propuso formalizar el equipo. Al tener una respuesta positiva por parte de los internos, junto a las trabajadoras sociales del Juzgado averiguaron en IPACyM cuáles eran los requisitos para registrarse. “Vino una cooperativa de internos y liberados de Córdoba a dar una charla y luego fueron ellos mismos, de manera personal, al IPACyM para hacer todos los trámites. En diciembre confirmaron que les entregarían la matrícula”, dijo la magistrada.

Finalmente el jueves por la tarde se realizó un acto en la Federación de Concepción a la que asistieron cinco integrantes del equipo para recibir su matrícula oficial, convirtiéndose en la primera cooperativa de presos de la provincia. “Están muy contentos y muy entusiasmados. Para ellos poder mostrar lo que hacen es un aliciente. Además los beneficia porque la cabeza está ocupada, porque tienen un medio de vida para la familia y están ayudando al Servicio Penitenciario y devolviendo a la comunidad”, manifestó la principal alentadora del proyecto.

Expansión

Actualmente la cooperativa no solo está integrada por reos, sino que hay algunos hombres que ya recuperaron su libertad y continúan formando parte del grupo. Además, están expandiendo sus límites al incluir dentro de la cooperativa a gente de afuera que no cuenta con un trabajo. “Ellos les enseñan los oficios para evitar el tema de la delincuencia. También están captando chicos con problemas de adicciones para que en lugar de estar en ese tema trabajen y tengan un oficio”, sostuvo Merched.

Por último, la jueza de Ejecución señaló que el trabajo de todos estos años fue realizado de manera “artesanal”, y que la ayuda de los familiares de los internos y de los voluntarios de la parroquia San Roque fue fundamental, sobre todo al inicio. Además dijo que uno de los fines de difundir el proyecto es que “la sociedad pueda ver que no solamente tienen que morirse ahí, como todos creen o quieren, sino que son personas que pueden y que quieren devolverle a la sociedad; que tienen las ganas de reinsertarse y que van a volver de mucha mejor manera de la que entraron”. 

(Producción Periodística: Micaela Pinna Otero)

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