En enero y febrero de este año se perdieron 196 km cuadrados de bosques en la mayor selva tropical del mundo, 63% menos que en el mismo período de 2023, cuando fue de 523 km2.
“Los primeros dos meses de 2024 terminaron con la tala de bosque más baja de los últimos seis años, desde 2018”, dijo el centro de investigaciones, que realiza monitoreos satelitales desde hace casi dos décadas. De acuerdo con los registros del Sistema de Alerta de Deforestación (SAD) de Imazon, febrero fue el undécimo mes consecutivo de reducción de área devastada.
El área perdida en los dos primeros meses equivale a casi 327 campos de fútbol por día, señaló el instituto. De los nueve estados de la Amazonía, Mato Grosso, Roraima y Amazonas fueron los que perdieron más área de bosques en el período.Juntos, sumaron 152 km2 deforestados, o sea 77% de la pérdida total en la Amazonia.
Imazon destacó que en Roraima, la deforestación avanzó en tierras indígenas, entre ellas las de los yanomami. Los yanomami viven una crisis sanitaria debido a la actividad de los buscadores ilegales de oro, que depredan la selva y contaminan los ríos.
Larissa Amorim, investigadora de Imazon, instó al gobierno a “acelerar” los procesos de demarcación de tierras indígenas y de creación de reservas, pues “son los territorios que históricamente han mostrado la menor deforestación en la Amazonia”.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió a combatir la pérdida de bosques amazónicos, agudizada durante la administración de su predecesor, Jair Bolsonaro (2019-2022).
Durante la gestión del ex presidente ultraderechista, un aliado del poderoso agronegocio, la deforestación amazónica avanzó 75% respecto al promedio de la década anterior.