31 Marzo 2024
PARA UNO O PARA REGALAR. Los puestos de artesanías regionales son un ineludible foco de atracción para los visitantes que siempre se llevan algo. la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll
Las calles están repletas de vehículos. Se escucha música, charlas distendidas, risas, diferentes acentos y hasta otros idiomas. La villa de Tafí del Valle y sus alrededores se inundaron con miles de personas que eligieron este lugar como destino para descansar y pasar un buen rato durante el fin de semana extra largo que concluirá el martes.
Niños con gorras de colores caminan de la mano de sus padres, grupos de amigos buscan comida para llevar y algunas parejas se detienen en cada negocio de artesanías para observar los productos regionales que están fabricados con sumo detalle. La cálida temperatura ayuda a que el paseo sea ameno, el termómetro está en el punto exacto para que los visitantes puedan recorrer el paseo de compras y sentarse en las veredas de los bares a comer algo y pasar el rato.
Los comerciantes coincidieron en un punto: “esto recién están comenzando”. A pesar de que el feriado empezó el jueves, señalaron que el movimiento tomó fuerza durante el Viernes Santos. Las expectativas son altas y esperan -como en cada fecha turística- poder tener buenas ventas que los ayude a sustentar sus negocios.
Mirar antes que comprar
Al caminar por el centro de Tafí, la visita a los puestos de artesanos es considerada una parada obligatoria. Ofrecen gran variedad de productos, desde recuerdos tallados en madera, imanes, mates, ponchos, indumentaria tejida, muebles, cuadros y portarretratos hechos de alpaca. “Lo que más se llevan son recuerdos y mates. También algunos juguetitos para los chicos. Las cosas de decoración y los ponchos de lana no tanto, supongo que se debe a que tienen precios un poco más elevados”, dijo Constanza, empleada de un local ubicado sobre la avenida Belgrano.
UN RECUERDO. Las fotos con los cerros de fondo atestiguan la visita.
Elena es dueña de un negocio que funciona en la primera cuadra de la avenida Perón y contó que espera con ansias las fechas turísticas. Sin embargo, notó que en esta oportunidad no hay una gran venta. “La gente mira mucho pero compra poco; y si lleva algo lo hace cuidando su billetera, algo que es completamente entendible”, reconoció.
En el mismo sentido opinó José, quien trabaja en el local de al lado. “Cada vez se hace más difícil por la situación económica, pero no hay que perder la fe. Esperemos que remonte durante los próximos días”, sostuvo.
Menú del día
Llega el mediodía y las personas buscan un lugar donde almorzar. De a poco las mesas se van ocupando y el lugar se llena de aroma de comida casera. “¡No esperábamos esta cantidad de gente, es una sorpresa! Nosotros queremos trabajar, queremos que la gente venga”, manifestó a LA GACETA Luis Alberto Mastral, encargado de un bar ubicado sobre la avenida Perón.
En las cartas de los bares las comidas tradicionales, como la humita, los tamales, las empanadas y el cayote con nuez y quesillo, son las protagonistas. Pero tampoco faltan las milanesas napolitanas, las pastas y la parrilla. Además, ofrecen sus menús del día, con entrada, plato principal, postre y bebida, cuyos precios oscilan entre los $7.000 y $10.000.
SABOR PROPIO. Los restaurantes ofrecen una carta de comidas locales.
“Nuestra comida predilecta es la humita, pero tampoco faltan las napolitanas; es lo que más está saliendo”, cuenta Pancho Sosa, dueño de uno de los locales gastronómicos más reconocidos de Tafí.
Pancho comparó la Semana Santa de 2023 con la de este año y reconoció que no hay tanta demanda como antes. “No sé si llegaremos al 70% de movilidad en comparación a años anteriores. El año pasado a esta hora (eran las 13.15) estaba lleno, ahora hay mucho movimiento en la ruta pero no vienen tanto al restaurante”, sostuvo.
A pesar de eso destacó que sus comensales a la hora de elegir un plato no se ciñen a los precios más económicos. “Cuando vienen aquí comen bastante bien, y encima vienen grupos familiares numerosos. Nosotros, dentro de todo, estuvimos con precios populares, pero se nota que si eligen un lugar para comer intentan no privarse sus gustos. Creo que vamos a estar bien”, comentó.
Daniel, por su parte, dijo que en su bar van afrontando el día a día. “Anteriormente veníamos preocupados porque no se veía el trabajo que queríamos notar nosotros. Intentamos no aumentar demasiado los precios, y parece que funcionó porque vemos que la gente está suelta, relajada. Se nota que vinieron a disfrutar, a degustar, algo que nos incentiva a seguir adelante con lo difícil que está todo”, expresó.
Otro clásico que siempre está presente son los productos dulces regionales caseros para llevar. En cada esquina o mirador hay al menos un puesto de venta de quesillos, nueces confitadas, alfajores y distintas variedades.
“Nunca fallan, las personas siempre se acercan y quieren llevarse algo. Creo que es lo que más se vende acá”, calculó Renata. La vendedora destacó que los más interesados fueron los turistas de otras provincias, como Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba y contó que los productos que más están llevando son los alfajores de miel de caña y quesillos y quesos con especias.
CALLES ATESTADAS. Las principales arterias de la villa, llenas de vehículos.
“Lo que sí casi nadie compra son los alfeñiques; me parece que no les tienen confianza, pero se pierden de una exquisitez”, contó entre risas.
(Producción periodística: Micaela Pinna Otero)
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