Un cachetazo a la larga tradición de asilo de México

De Trotsky a Evo Morales, México abrió sus puertas a los exiliados y perseguidos de todo el mundo, incluso artistas y políticos argentinos.

VIGILANCIA. La policía de Ecuador monta guardia afuera de la embajada mexicana en Quito.   VIGILANCIA. La policía de Ecuador monta guardia afuera de la embajada mexicana en Quito.
09 Abril 2024

CIUDAD DE MÉXICO.- La tradición de asilo en México, que en un siglo abrió sus puertas al revolucionario ruso León Trotsky, a republicanos españoles o a perseguidos latinoamericanos, sufrió un golpe inédito tras el asalto policial a su embajada en Ecuador.

“Ni en los peores golpes de Estado de nuestra región se había dado una situación de esta naturaleza”, dijo la canciller mexicana, Alicia Bárcena. La funcionaria defendió el asilo a Glas conforme a la Convención de Caracas de 1954, adoptada en el marco de la Organización de Estados Americanos, y que consagra el derecho de los Estados a admitir en su territorio a quienes juzgue conveniente .

“Consideramos sagrado el derecho de asilo”, había dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador horas antes de otorgar el beneficio a Glas.

La acción policial condujo al mandatario a romper relaciones con Ecuador.

México sólo había roto vínculos con la España de Francisco Franco, el Chile de Augusto Pinochet y la Nicaragua de Anastasio Somoza.

La lista de personalidades que encontraron protección en México es extensa. El nicaragüense César Augusto Sandino fue acogido en 1920. Trotsky, expulsado de la Unión Soviética por Joseph Stalin en 1929, peregrinó por Turquía, Noruega y Francia para desembarcar en México en 1937. La protección mexicana no impidió que fuera asesinado en 1940.

El gobierno republicano de España en el exilio también se asentó en México de 1939 a 1946 y más de 20.000 españoles fueron recibidos, entre ellos el poeta Léon Felipe y el cineasta Luis Buñuel. México también extendió su embajada en Francia para proteger al presidente republicano Manuel Azaña.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el consulado de México en París entregó miles de visas que permitieron escapar de Europa a judíos perseguidos por el nazismo. En 1955, los hermanos Fidel y Raúl Castro se exiliaron en México, desde donde promovieron su desembarco en Cuba a bordo del “Granma”.

En la década de 1970, cuando se sucedieron golpes de Estado y dictaduras militares en Sudamérica, las solicitudes de asilo se multiplicaron.

Cientos de argentinos, entre ellos los músicos Facundo Cabral y Horacio Guarany, los intelectuales Noé Jitrik y Rodolfo Puiggros y el poeta Juan Gelman, fueron recibidos en México, perseguidos por la dictadura o amenazados por la Triple A.

La salida de Hortensia Bussi tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra su marido Salvador Allende en Chile requirió de una fina labor diplomática para obtener el salvoconducto y sacarla con su familia, junto a a otros colaboradores del derrocado gobierno.

Más cerca en el tiempo, ex presidente boliviano Evo Morales llegó igualmente a México el 12 de noviembre de 2019 en medio de una crisis política en su país y luego de un complicado periplo a bordo de un avión militar mexicano, al que Perú y Ecuador negaron el permiso para sobrevolar su espacio aéreo.

El ex mandatario peruano Pedro Castillo también pidió refugio a la embajada mexicana en Lima en diciembre de 2022, pero fue detenido antes de conseguirlo. Su familia, sin embargo, sí recibió resguardo.

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