12 Abril 2024
DE HÉROE A VILLANO. Oscar Pistorius. REUTERS
En las bulliciosas calles de Pretoria, Sudáfrica, el eco de los recuerdos se entrelaza con la sombría figura de un hombre que alguna vez fue un ícono del deporte. "Casi no lo reconocí", murmura Aida Govender, una simple testigo, al describir su encuentro con Oscar Pistorius. "Su cabello está más largo y tiene barba", añade, reflejando el cambio evidente en la apariencia del ex atleta olímpico.
Pistorius, una vez conocido como "Blade Runner" por sus proezas en la pista, ahora es descrito como una sombra de su antiguo yo. "No está delgado como esperaba", comenta otro testigo, evidenciando los estragos del tiempo y la prisión en su cuerpo. "Nunca sabrías que era un atleta", lamenta otro, señalando la ironía amarga que rodea al hombre que alguna vez desafió todas las expectativas como el primer atleta doble amputado en competir en los Juegos Olímpicos.
El pastor, quien prefirió mantenerse en el anonimato, revela más sobre el presente de Pistorius. "No es amigable ni extrovertido. No sé si siquiera le vi esbozar una sonrisa", confiesa, pintando un retrato desolador de un hombre cuya vida ha dado un giro oscuro e inesperado.
El ascenso y la caída de Pistorius son tan dramáticos como un guion de Hollywood. Desde la gloria de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 hasta el oscuro día de San Valentín de 2013, cuando la vida de Reeva Steenkamp llegó a un fin trágico a manos de Pistorius en un baño en su casa, el ex atleta ha pasado de la fama a la infamia en un abrir y cerrar de ojos.
CALSIFICADO. Oscar Pistorius en 2012 se clasificó para las semifinales de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Londres.
El juicio por asesinato que siguió fue un drama en sí mismo, con Pistorius declarando que confundió a su novia con un intruso. Sin embargo, la justicia no fue indulgente. Condenado inicialmente por homicidio culposo, un posterior fallo elevó su sentencia a 15 años de prisión por asesinato.
Sin embargo, la historia de Pistorius no termina en una celda. El 5 de enero, emergió de la oscuridad de la prisión, beneficiado por la libertad condicional debido a su buen comportamiento. Pero su libertad está lejos de ser total; ahora vive bajo estrictas restricciones en la mansión de su tío, rodeado de medidas de seguridad intensificadas.
Sus intentos de reintegrarse al mundo exterior han sido en vano. Incluso las puertas que una vez estuvieron abiertas para él en el mundo del deporte ahora están cerradas. Según informes, su oferta de colaborar con el Comité Paralímpico Internacional fue rechazada rotundamente, catalogándolo como "demasiado tóxico".
Mientras tanto, en un suburbio exclusivo de Pretoria, Pistorius realiza tareas de limpieza y mantenimiento como voluntario en una iglesia, un trabajo que contrasta dolorosamente con su vida anterior de fama y éxito deportivo.
JUICIO. Oscar Pistorius fue liberado bajo libertad condicional.
Pero detrás de las sombras de la fama perdida y la tragedia yace la figura de Reeva Steenkamp, recordada por su belleza y carisma, cuya vida fue truncada de manera injusta y violenta. Su madre, a pesar del dolor insondable, ha optado por perdonar a Pistorius, canalizando su energía hacia la prevención de futuros casos como el de su hija, a través de la Fundación Reeva Steenkamp.
Así, en un mundo donde los héroes pueden caer tan fácilmente como ascender, la historia de Oscar Pistorius es un recordatorio sombrío de la fragilidad de la fama y la trágica realidad detrás de los titulares sensacionales.
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