¿Justicia o habilidad en la clasificación de Real Madrid?

La reciente eliminatoria entre Manchester City y Real Madrid en la Champions League desata un debate sobre la verdadera medida del éxito en el fútbol

¿Justicia o habilidad en la clasificación de Real Madrid?

Manchester City superó a Real Madrid en todas las estadísticas. En todas menos en la del marcador final. Y muchos críticos dijeron entonces que Real Madrid es hoy justo semifinalista de la Champions porque supo defenderse mejor que el City. En rigor, si somos precisos, el equipo del DT italiano Carlo Ancelotti es semifinalista (lo de “justo” estaría por verse) porque ejecutó mejor los penales que el City. No por otra cosa.

Porque si debiéramos remitirnos a los 120 minutos de ambos partidos, el City fue superior en el empate 3-3 en Madrid y fue abrumadoramente mejor en la revancha (1-1 en Manchester). Si el DT de Real Madrid hubiese sido José Mourinho y no Ancelotti hoy muchas críticas dirían que el portugués “puso el autobús” frente a su arco y jugó al empate para esperar definir en los penales. Porque en el juego se sabía perdedor. Pero lo hizo Ancelotti. Y la leyenda del Real Madrid rey de copas impone su buena prensa y romanticismo. En debates más “politizados”, otros celebran porque una Asociación Civil (Real Madrid) eliminó a una SAD (el City). En rigor, Real Madrid es una Asociación Civil algo atípica. Quien quiera competirle en elecciones a su presidente, Florentino Pérez, tendría que presentar avales personales por unos 40 millones de euros. ¿Quién podría hacerlo?

Sacado ese punto, sacado el romanticismo, es imposible decir que Real Madrid es justo semifinalista “porque defendió mejor” que el City, como llegó a decir (y no solo él) el ex crack francés Thierry Henry. Hasta Ancelotti aceptó el liderato del City en materia de juego. “Juegan un fútbol mucho mejor que el nuestro”, llegó a decir también el uruguayo Federico Valverde. El City quedó eliminado porque ejecutó peor los penales. Y porque, en la revancha, Bernardo Silva primero y luego Kevin de Bruyne y Phil Foden fallaron goles increíbles, esos que en otra tarde hacen solo soplando. Y porque todavía tiene un enigma con su goleador gigante, el noruego Erlin Haland, ausente sin aviso casi en ambos partidos. Es cierto, el juego elaborado y de toque del City parece contraponerse al estilo salvaje, físico y abierto del noruego. Sus intervenciones, sin espacios, siempre serán reducidas. Pero tampoco encontró espacios que suelen ser suyos en el área. Y pareció rendirse demasiado fácil a la marca dura del alemán Antonio Rudiger.

La eliminación del City fue un golpe duro para la Premier, porque la liga más millonaria del fútbol mundial se quedó sin equipos en semifinales de Champions y de Liga de Europa y solo Aston Villa se clasificó en Conference League y gracias al "Dibu" Martínez, otra vez pesadilla en Francia, con sus atajadas, penales, bailecito y provocaciones. Hay algo fascinante que sigue teniendo el fútbol. Puede ganar aquel que no es el mejor. El duelo es deportivo, sicológico y con la TV que muestra todo, inclusive al Dibu jugando al límite del reglamento. Y un simple sorteo puede definir que deban enfrentarse en cuartos de final los que en realidad deberían medirse en una final. Esto último lo digo no solo por el partido City-Real Madrid, sino también porque mañana juegan en Córdoba River y Boca. El ganador será el único de los cinco llamados “grandes” clasificado a semifinales de la Copa de la Liga. No solo no gana el mejor. En fútbol, tampoco gana el más poderoso. Los peces, a veces, pueden más que los tiburones. Y en la vida no hay muchos otros escenarios en los que podamos ver algo así. 

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