Cartas de lectores: Leo Kanner: trastornos del espectro autista

02 Mayo 2024

El TEA es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los primeros años de vida y que se caracteriza por peculiaridades en la esfera de la interacción social y dificultades en situaciones comunicativas comunes o modos de aprendizajes atípicos. Como suele ser habitual en el lenguaje médico la palabra autismo deriva del griego: de “autos”, que significa uno mismo, e “ismos” y que alude al modo de estar. Fue usada por primera vez por el psiquiatra suizo Eugen Bleuler en 1912 y entendía al autismo como el hecho de estar encerrado en si mismo y aislado socialmente, considerándose un aspecto particular de la esquizofrenia. Pero fue Leo Kanner, nacido en Klekotiv (antes Austria, hoy Ucrania) psiquiatra de origen judío, el primer médico clínico que diferenció el TEA de la esquizofrenia. Migró él a EEUU en 1924 y en 1930 organizó el servicio de Psiquiatría Infantil del John Hopkins Hospital de Baltimore y que hoy se considera que es el primer servicio de psiquiatría infantil que existió en el mundo. Realizó un meticuloso estudio científico en base a su observación clínica y su agudeza para apreciar los rasgos característicos de pequeños pacientes con TEA y en 1943 publicó su famoso trabajo: “Trastornos Autistas del Contacto Afectivo” generando con él un antes y un después en la Historia de la Medicina ya que a partir de ahí con sus aportes el TEA fue el centro de intensos debates acerca de su etiología, naturaleza y enfoque de acciones conjuntas. Otro médico austríaco, Hans Asperger, en forma paralela a Kanner, y sin conocer de sus estudios, iba a describir el TEA con similares resultados. aunque el hecho de haber publicado su informe en alemán iba a ser que fueran ignoradas inicialmente sus conclusiones. Tanto Kanner con Asperger habían nacido, curiosamente, en Austria y con solo un año de diferencia, uno en los EEUU y otro en Europa, habían llegado a los mismos resultados y este era que el autismo no es una enfermedad y si una condición parte de la neurodiversidad. En el año 2007, la ONU designó al 2 de abril como Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo: para generar conductas que motiven a reflexionar sobre el TEA y, además, resaltar la importancia de un diagnóstico precoz y una acción temprana. Asimismo, se decidió que fuera el color azul el que simbolice el TEA, por el mar y que: “a veces está tranquilo y a veces está revuelto”. Extrapolable para una persona con TEA y su entorno familiar en que a veces hay días serenos y otras veces días tormentosos. Aproximadamente 1 de cada 100 niños tienen TEA y el dato es impactante. Fue el genial Leo Kanner quien esclareció la idea de que había un trastorno del que no se había hablado antes en los libros médicos. En Tucumán, más precisamente en Yerba Buena, existe una institución que lleva su nombre, un grande de la Medicina Universal de todos los tiempos: Leo Kanner, “Padre del Autismo”. Intuyo que pocos sabíamos de quien se trataba y aunque mereció el Premio Nobel por sus aportes, no le fue otorgado en su momento.

Juan L. Marcotullio 

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