Clima e indiferencia, las razones detrás del peor brote de dengue en Tucumán

Expertos analizan las causas por las que la epidemia fue más grave que en otros años. Tendríamos que acostumbrarnos a la idea de que el virus tal vez se quede para siempre en la región, advirtieron.

CAMPAÑAS SIN PAUSA. La lucha contra el mosquito Aedes aegypti no podrá tener descanso este año. CAMPAÑAS SIN PAUSA. La lucha contra el mosquito Aedes aegypti no podrá tener descanso este año. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

La epidemia de dengue se presentó mucho más agresiva este año que en las últimos brotes. No sólo por la cantidad de casos: en esta temporada ya hubo un 44% más de contagios que en 2023. También lo que sorprende a los médicos es la cantidad de pacientes graves que atienden y las secuelas que deja la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti. Además, nunca hubo tantos fallecidos como este año: oficialmente son 11 y hay otros casos en estudio.

¿Qué pasó? ¿Qué factores incidieron para que los tucumanos suframos la epidemia más grave de la historia? ¿Qué puede pasar el año que viene? Estas son algunas de las preguntas que les hicimos a los expertos. A nivel nacional, el brote sacudió la agenda sanitaria con 438.010 casos, a los que Tucumán aportó 56.890. Es la tercera provincia con mayor incidencia de la enfermedad, después de Córdoba y de Catamarca.

“Cada epidemia de dengue en los ultimos años ha sido peor que la anterior. Hay varios factores que me parecen han influido; por un lado la situacion regional, ya que todos los países están con brotes importantes y la movilidad de las personas se ha incrementado después de las restricciones del covid”, explica la doctora Susana Lloveras, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.

Para la especialista, el clima y la indiferencia tuvieron roles fundamental en la situación actual sanitaria: “las intensas lluvias que se han producido y los factores de siempre, como la acumulación de basura, los reservorios urbanos de mosquitos, la falta de provisión adecuada de agua y otras necesidades, la urbanización desordenada, etcétera”.

Según la experta, siempre hay que tener en cuenta que hay muchas personas asintomáticas y que son las que sin saberlo contribuyen al ciclo de transmisión del virus. “La mayor mortalidad puede deberse a múltiples factores que hay que analizar en profundidad para poder sacar conclusiones; por un lado hay que considerar factores de la población como el retraso en la consulta o la no jerarquización de los síntomas de alarma. Y por otro lado lo que le compete al sistema de salud: inadecuada evaluación de lo pacientes, demoras en la atención, entre otras cosas”, evaluó.

El virólogo Adrián Díaz, del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas, opinó: “el incremento que se ve de casos graves y de la cantidad de fallecidos tal vez se deba al aumento explosivo de la circulación viral, que fue más de cinco veces mayor comparado con el año anterior”.

Las causas de este brote histórico, según el experto, están directamente relacionadas al incremento de la temperatura de los últimos años y al aumento en la cantidad de lluvias. “Si bien años anteriores tuvimos olas de calor récord, estábamos en un periodo de sequía bastante grave. Este año, además de que la temperatura siguió subiendo, hubo un aumento considerable de las precipitaciones y eso lo que hizo fue que haya un mayor número de criaderos de mosquitos”, analizó.

“Teníamos una presencia mayor de insectos Aedes aegypti y a eso se sumó que no se cortó la circulación viral en el invierno en algunas regiones del país. El virus nunca se fue y eso provocó que la epidemia comenzara mucho antes y, por lo tanto, fuera más explosiva”, añadió.

Sorpresa

¿Qué les llamó la atención a los investigadores este año? La doctora Giselle Rodríguez, perteneciente al Instituto Superior de Entomología (Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT), sostuvo que lo llamativo de esta epidemia fue la desaparición del periodo interepidémico (periodo de tiempo entre epidemias sucesivas), que normalmente ocupaba entre tres a cinco años. Esto podría estar indicando un proceso de endemicidad. Habrá que esperar para ver si cesan los casos en las próximas semanas y a la primavera para analizar el comportamiento de la transmisión en la próxima temporada”, evaluó.

Según la opinión de experta, la gran cantidad de contagios que se registró se debió a la co-circulación de los serotipos DEN-1 y DEN-2. El dengue tiene cuatro serotiros en total. “Tradicionalmente, el serotipo que solía circular era el 1, hasta la epidemia 2023 donde ingresó el serotipo 2 que encontró a toda la población susceptible a adquirirlo. Si bien la adquisición de una de las variantes genera inmunidad permanente al serotipo adquirido (inmunidad homóloga), la inmunidad a las otras variantes (inmunidad heteróloga) dura entre cuatro meses y un año. Es decir que las personas que anteriormente tuvieron DEN-1 fueron susceptibles a DEN-2 y las que tuvieron DEN-2 lo estuvieron al DEN-1. Muchas personas sufrieron reinfecciones y por eso también hubo casos de mayor gravedad y más cantidad de casos mortales”, señaló Rodríguez, que también pertenece al Instituto Nacional de Medicina Tropical (Sede Tucumán).

Según una investigación que hizo en nuestra provincia, hay una estrecha relación entre dengue y pobreza. La proliferación del Aedes se ve más que nada relacionada a un desorden ambiental y a la falta de cobertura de servicios básicos, como recolección periódica de residuos y el acceso domiciliario al agua potable. Aunque hubo contagios en todos los departamentos de la provincia, la mayor cantidad de casos se dio en barrios con necesidades básicas insatisfechas.

Sobre lo que pueda ocurrir la próxima temporada, según los especialistas, tal vez tengamos que comenzar a preocuparnos más porque el dengue puede quedarse en forma permanente en nuestra región, y tomar más conciencia sobre aquellos factores a los que hoy no le damos tanta importancia y que están directamente relacionados al avance de la enfermedad: el clima, la acumulación de basura, la presencia de recipientes con agua y el crecimiento desordenado de las urbanizaciones.

Datos importantes: episodios recurrentes

- En Tucumán esta es la quinta epidemia de dengue registrada. La primera fue en 2009, y las otras ocurrieron en 2016, 2020 y 2023. El primer año de la pandemia se notificaron 7.806 contagios y el año pasado, 39.660. Ahora ya hay 56.890 y aún quedan por lo menos dos meses de riesgo, teniendo en cuenta que en 2023 se reportaron casos hasta agosto.

- El grupo al que más está afectando el dengue esta temporada es el de 20 a 39 años. Además, el 55% de las afectadas son mujeres.

- Todos los departamentos de Tucumán registran circulación viral de dengue en esta ocasión. Los que mayor incidencia de casos tienen actualmente son Chicligasta, Tafí Viejo, Cruz Alta, la capital, Yerba Buena y Río Chico.

- Nunca antes hubo tantos fallecimientos por dengue en una temporada. A nivel nacional, en la anterior se notificaron 65 muertes y ahora ya son 301. Tucumán reportó 11 fallecimientos.

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